CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 1 febrero 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II está convencido de que «la paz vencerá si dialogamos» y así lo expuso este sábado al encontrarse con unos diez mil jóvenes que forman parte del Servicio Misionero Juvenil (SERMIG).
Celebraban con el obispo de Roma los cuarenta años de vida de esta organización, surgida en la capital industrial de Italia, Turín, por iniciativa del laico Ernesto Olivero, a quien la Madre Teresa de Calcuta había propuesto en una ocasión como candidato al Premio Nobel de la Paz.
«La paz vencerá si dialogamos», subrayó el Papa en el discurso que dirigió a los chicos y chicas reunidos en una fiesta que se celebró en la Sala Pablo VI del Vaticano y que tenía esas palabras por lema. Esta frase, añadió, «subraya la estrecha relación que se da entre el respeto de los demás, el diálogo y la paz».
«En nuestra época –siguió aclarando–, caracterizada por una intensa red de intercambios entre las diferentes culturas y religiones, es necesario promover y hacer más fácil la acogida y la recíproca comprensión entre los individuos y los pueblos».
«Educar en la paz constituye un compromiso siempre actual, una urgencia de nuestro tiempo –subrayó el Papa recogiendo ideas de su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2004–. Ante la expansión de la violencia, ante la difusión de una mentalidad hedonista y consumista, ante la agudización de la desconfianza y del miedo, tenemos que reafirmar con vigor que la paz es posible y que, por tanto, si es posible es también un deber».
Juan Pablo II, agradeció en particular a los presentes su «juvenil entusiasmo». «¡Gracias por la esperanza que representáis para la Iglesia y para el mundo!», exclamó en un momento de su intervención.
El SERMIG se caracteriza por un estilo de vida comunitaria, sencilla y fraterna, que pretende anunciar el Evangelio a través de iniciativas de conciliación en diferentes partes del planeta.
Desde 1983, tiene su sede central en un antiguo Arsenal militar de Turín, que se encontraba en el más completo abandono. Ahora, una vez restaurado y regenerado, se ha convertido en el «Arsenal de la Paz».
Ernesto Olivero, en el encuentro con el Papa, presentó una de las iniciativas con las que el SERMIG celebra sus cuarenta años de vida: la Universidad del Diálogo.
Esta iniciativa, según reconoció el mismo Papa, «pretende dar voz a jóvenes de todas las naciones, cultura y religión para construir un mundo en el que todos sean a pleno título miembros de la única familia humana».
«Este diálogo tiene que abrazar todos los ámbitos de la vida social, económica y religiosa», pidió el Papa en su discurso, que se convirtió asimismo en la primera conferencia magistral de la nueva «Universidad».
Más información en http://www.sermig.org.