CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 2 febrero 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II invitó a los religiosos y consagrados a renovar su entrega total a Dios al celebrar este lunes la Jornada de la Vida Consagrada.
«Repetid cada día vuestro «sí» al Dios del amor con alegría y convicción, en la intimidad del monasterio de clausura o junto a los pobres y marginados, entre los jóvenes o dentro de las estructuras eclesiales, en las diferentes actividades apostólicas o en tierra de misión», exhortó.
Esta jornada de los hombres y mujeres que se consagran a Dios a través de la vivencia de la pobreza, la castidad y la obediencia, tiene lugar todos los años con motivo de la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo.
Con este motivo, como en años anteriores, el pontífice presidió una celebración eucarística en la basílica de San Pedro del Vaticano en la que participaron religiosos, religiosas y consagrados laicos.
El Papa que leyó la homilía y entonó algunos de los cantos, dejó que fuera el cardenal español Eduardo Martínez Somalo, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, quien celebrara la eucaristía.
«Dios os quiere fieles a su amor y totalmente entregados al bien de los hermanos», añadió el Papa en una sugerente ceremonia que se abrió con el rito de bendición de las candelas.
«Esta es la preciosa contribución que podéis ofrecer a la Iglesia para que el Evangelio de la esperanza llegue a los hombres y mujeres de nuestro tiempo», subrayó.
Al mismo tiempo, el obispo de Roma pidió a toda la Iglesia «redescubrir la riqueza del testimonio profético de la vida consagrada»
Según el Anuario Pontificio 2003, en el mundo hay 139.159 religiosos sacerdotes, además de 54.970 no sacerdotes. Por otra parte, las religiosas de vida activa son 792.317 mientras que las religiosas contemplativas son 51.973.