CORRIENTES, jueves, 2 septiembre 2004 (ZENIT.org).- Recordando la actual existencia de «hambre de dignidad, libertad, respeto, justicia, trabajo, salud y educación», el cardenal boliviano Julio Terrazas Sandoval, enviado del Papa al X Congreso Eucarístico Nacional (CNE), ha convocado a «reconstruir la esperanza en bien de todos los pueblos» al abrir el miércoles el encuentro en Corrientes (Argentina).
20 mil personas participaron en Misa inaugural del CEN –en el campus de la Universidad Nacional del Nordeste— presidida por el purpurado, al que acompañaron 47 obispos y más de 600 sacerdotes, según los datos ofrecidos por la agencia católica argentina Aica.
En su homilía, el cardenal Terrazas aclaró que el hambre de dignidad humana «no se sacia con actos de terrorismo ni con enfrentamientos entre hermanos», e invitó a confiar en la palabra de Jesús que «marca el camino, que da seguridad, valentía y esperanza».
Es la «Palabra que no defrauda –continuó– en medio de tantas palabras vacías, llenas de mentiras, de ilusiones que confunden, desorientan y originan crisis de valores, eliminando los principios básicos de la moral y la ética».
Ante la multitud de fieles, el arzobispo de Santa Cruz de la Sierra exhortó además a «no ceder en la fe en la Eucaristía ante el desconcierto de ciertos ritualismos vacíos que privan nuestra vida y compromiso de la fuerza que brota de esta fuente de vida eterna».
Insistió también en que el aumento del hambre de pan es producto de «la falacia de un modelo globalizante que agudizó la pobreza en los sectores más vulnerables y alcanzó a otros grupos sociales».
«Las consecuencias –precisó– son los graves conflictos, la violencia, los enfrentamientos, la inseguridad ciudadana y la corrupción que irrumpe en lo privado y en lo público». Igualmente advirtió que «se han debilitado las organizaciones intermedias y se apunta a la destrucción de la familia como santuario de la vida».
«Ustedes, a lo largo del camino preparatorio, han desentrañado las exigencias profundas que enseña la “Eucaristía” –recordó–; desde ella se palpa el hambre de vida, de justicia, de esperanza y de paz que tiene el hombre de hoy, aunque el mismo, a veces, lo ignore», prosiguió el purpurado ante los participantes.
Por ello, lejos de ser una frase de tantas, el lema del Congreso –«Denles ustedes de comer»– tiene que convertirse en compromiso de la Iglesia en Argentina para «saciar el hambre de tantas vidas marcadas por la pobreza, la exclusión, la desorientación y las marginaciones sociales antiguas y modernas».
El cardenal Terrazas indicó finalmente que el CEN es una «gracia especial que no se puede dejar pasar sin empaparnos de la salvación que se nos ofrece en la Eucaristía» y recordó que los temas propuestos (Cf. Zenit, 1 de septiembre de 2004) son una respuesta «sin ambigüedades a las aspiraciones humanas de libertad, de justicia, de verdad, de amor y de paz».
