GUADALAJARA, martes, 19 octubre 2004 (ZENIT.org–El Observador).-El relevo está listo, y Guadalajara entregó el testigo. La archidiócesis canadiense de Quebec será sede del 49 Congreso Eucarístico Internacional (CEI). Dentro de cuatro años más, la cuna de la civilización francesa en América, se convertirá en la «Ciudad de la Eucaristía».
«Esta vivencia del CEI en Guadalajara ha sido una lección de fe, de acogida, de comunión y me ha dado al mismo tiempo, un impulso extraordinario para cumplir del Santo Padre la misión de celebrar el próximo Congreso en 2008; precisamente cuando nosotros, en Québec, estaremos festejando el cuarto centenario de la fundación de la ciudad», precisó a «El Semanario», publicación oficial de la archidiócesis de Guadalajara, el arzobispo metropolitano de Québec, y primado de Canadá, el cardenal Marc Ouellet.
«Existe mucha diferencia –constata– entre la vivencia de fe de los mexicanos a los de Québec; aquí siente uno todavía un pueblo cristiano, católico, que tiene una piedad popular bastante difundida y celebrada, virtudes que nosotros hemos perdido en parte, porque en los últimos treinta años ha habido un proceso muy rápido de secularización, de alejamiento de la Iglesia, por parte de los fieles».
«Será un desafío grande para nosotros, volver a evangelizar a nuestra gente, con nuevos medios, nuevo impulso, nuevo ardor. Pensamos que la perspectiva de un CEI, como servicio a la Iglesia y acontecimiento diocesano y nacional, puede movilizar y ofrecer la oportunidad de conectarnos de nuevo con nuestras raíces cristianas y cultura sacramental: Elemento fundamental de nuestra realidad popular», dice el cardenal de Québec.
«El grande reto es lograr que nuestros jóvenes descubran la realidad de la fe cristiana. Aun los que nominalmente se dicen católicos, son ignorantes de la vida sacramental y su importancia, lo cual es un dolor para mi ministerio».
Aunque en Canadá el 46.66% por ciento de sus más de 32 millones de habitantes son católicos, sólo 10% participa en la celebración eucarística dominical. La mayoría de los católicos están en Québec. Los protestantes son el 36%.
Los dos primeros Congresos Eucarísticos Internacionales del nuevo milenio corresponden, por lo tanto, al Continente Americano. Primero Guadalajara, luego Quebec.
El cardenal Ouellet recordó que la mitad de los católicos del mundo están concentrados en el denominado «Continente de la Esperanza», lo cual, para él significa que «nuestro Continente necesita renovación».
Y precisó: «México está en el corazón de América y tiene en la Emperatriz, Nuestra Señora de Guadalupe, la figura que une todo el Continente; por ende, si se quería hacer un Congreso memorable con gente bien dispuesta y motivada, elegir Guadalajara como sede fue, sin duda, muy atinado. Espero que nosotros, donde la necesidad es mayor en cuanto a Nueva Evangelización, podamos responder al reto, y que la gracia derramada en Guadalajara nos traiga la ayuda que necesitamos».
El anfitrión y pieza clave en la organización del próximo Congreso Eucarístico Internacional ha sacado lecciones en Guadalajara.
«El don de una Celebración Eucarística de esta magnitud, conlleva una responsabilidad misionera. El don que la arquidiócesis y la nación recibieron, deberá ser compartido con el resto del mundo. México es un pueblo que ha sabido madurar en su fe, confiado en el Espíritu Santo y en la Virgen de Guadalupe, que ha logrado reaccionar a las circunstancias adversas para llevar el mensaje cristiano, de tal manera que hoy, llama la atención de la Iglesia Universal. Espero que los dones que ha recibido, los haga fructificar para toda la Iglesia», concluye el purpurado.