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Jueves 17 de diciembre

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El Papa abrirá la Puerta Santa de la Caridad en un centro Cáritas

Este viernes por la tarde, Francisco celebrará la misa en el centro de acogida “Don Luigi Di Liegro”

El papa Francisco abre este viernes una nueva Puerta Santa, esta vez la de la Caridad y lo hará en el centro de acogida “Don Luigi Di Liegro” y el comedor “San Juan Pablo II”, cercanos a la estación central de Termini en Roma. La liturgia comenzará en la plaza situada frente a las dos estructuras de la Cáritas diocesana de la capital italiana, con el rito de apertura de la Puerta.

Procederán en procesión junto al Santo Padre cuatro huéspedes del centro que llevarán una cruz, el misal y las velas. Seguirán al Pontífice el director de Cáritas, monseñor Enrico Feroci, y tres sacerdotes colaboradores del organismo diocesano. Durante la procesión se entonarán las letanías de oración de los santos. Entre ellos, los de la misericordia importantes para la ciudad de Roma, san Felipe Neri, santa Fabiola, santa Jacinta, san Damián de Molokai, san Juan Pablo II y los mártires de la justicia y de la caridad el beato Óscar Romero y la beata Madre Teresa de Calcuta.

El Santo Padre atravesará la Puerta Santa pasando bajo el mosaico realizado por el jesuita Marko Ivan Rupnik y que representa el icono del Jubileo.  Dentro de la sala del comedor, esperarán al Pontífice 200 huéspedes, en representación de todos los centro de acogida de la Cáritas diocesana. Con ellos, el papa Francisco celebrará la eucaristía según la liturgia del día.

En la misa participarán exclusivamente huéspedes de los centros de acogida acompañados por algunos voluntarios y trabajadores. Desde la plaza exterior, más de 500 personas –voluntarios y animadores de Cáritas– podrán asistir también a la liturgia.

La prensa solamente podrá seguir la celebración a través de la retransmisión del Centro Televisivo Vaticano, por deseo expreso del Santo Padre, que ha pedido un encuentro privado y personal con los huéspedes de la Cáritas diocesana de Roma, a quienes saludará al finalizar la misa.

El centro “Don Luigi di Liegro” y el comedor “San Juan Pablo II” son dos estructuras de acogida para personas sin hogar. El primero acoge a 195 personas cada noche y el comedor 500 para la cena. Los dos centros fueron inaugurados el pasado 10 de diciembre por el cardenal vicario Agostino Vallini después de haber sido cerrados en 2011 para una importante obra de ampliación y mejora. Se trata de dos centros que Cáritas gestiona desde 1987 junto con el Ayuntamiento de Roma.

 

Unos 15 mil fieles cantan el «¡Feliz cumpleaños!» en la plaza de San Pedro

El papa Francisco cumple este jueves 79 años. El Santo Padre recibe numerosas muestras de cariño de todo el mundo y un pastel como regalo del pueblo mexicano

Un coro apasionado ha entonado el «¡Feliz cumpleaños!» al final de la audiencia general del miércoles, un canto que ha resonado con fuerza en toda la plaza de San Pedro. Los interpretes improvisados han sido los 15 mil fieles y peregrinos que han asistido a la tradicional catequesis del Papa, después de que un orador haya felicitado en nombre de todos los prestes a Francisco, que este jueves celebra su 79 cumpleaños. Entre la multitud, el cantante italiano Teddy Reno, que ha podido saludar al Santo Padre y lucirse ante él.

El Pontífice también ha recibido ayer un pastel con forma de sombrero de manos de la periodista mexicana Valentina Alazraki, decana de los vaticanistas internacionales, en representación de todo el pueblo de México que le espera fervientemente el próximo mes de febrero.

El año pasado, por su 78 cumpleaños, Francisco había recibido como regalo una tarta de un grupo de seminaristas y, al final de la audiencia general, 3500 bailarines de tango desplegaron en la Plaza un emotivo y alegre flashmobpara felicitar al primer Papa argentino.

En estas horas, están llegando a Roma numerosas muestras de cariño de todo el mundo. Nadie quiere dejar pasar la ocasión para manifestar su filial y devota adhesión y su homenaje al Santo Padre.

El actual Pontífice nació el 17 de diciembre de 1936 en el barrio porteño de Flores, hijo de emigrantes piamonteses: su padre, Mario José Bergoglio, era contador, empleado en el ferrocarril, mientras que su madre, Regina María Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de sus cinco hijos. Jorge Mario era el mayor de todos. Sus padres lo bautizaron el día de Navidad de 1936 en la basílica María Auxiliadora y San Carlos del barrio de Almagro en Buenos Aires.

 

Francisco: El terrorismo está causando una
reacción no violenta que es necesario apoyar

El Papa al recibir a los diplomáticos de Guinea, Letonia, India, y Bahrein, les ha invitado a construir una cultura de la solidaridad y el intercambio en el ámbito social, cultural y educativo

Las nuevas embajadoras ante la Santa Sede, de Guinea, Letonia e India, Fatoumata Balde, Veronika Erte y Smita Purushottam, y el nuevo embajador de Bahrein, Muhammad Abdul Ghaffar han sido recibidos este jueves en audiencia por el papa Francisco.

En su discurso, el Santo Padre se ha referido al último Mensaje de la Jornada Mundial de la Paz, cuya tema es »Vence la indiferencia y conquista la paz» , y ha invitado a los diplomáticos a colaborar en la promoción de una cultura de la solidaridad, que contrarreste la globalización de la indiferencia, una de las tendencias negativas de nuestro tiempo.

“Hay muchas formas en que se manifiesta esta actitud de indiferencia –ha afirmado Francisco– y también son diversas las causas que contribuyen a alimentarla, pero esencialmente se remontan a un humanismo desequilibrado, en que el hombre ha tomado el lugar de Dios y, por lo tanto, se ha convertido, a su vez, en víctima de diversas formas de idolatría. Incluso la crisis ecológica seria que estamos viviendo se remonta a este desequilibrio antropológico”.

“La indiferencia hacia Dios, hacia el prójimo y hacia el ambiente están vinculadas entre sí y se alimentan recíprocamente. Por lo tanto se pueden combatir solamente con una respuesta que las enfrente juntas, es decir con un nuevo humanismo que recoloque al ser humano en su justa relación con el Creador, con los demás y con la creación”, ha explicado.

“Se trata –ha subrayado– de construir una cultura de la solidaridad y el intercambio en el ámbito social, cultural y educativo…Todo ello es necesario para vencer la indiferencia y construir la paz’”.

Después, el Pontífice ha dedicado unas palabras al año que está a punto de terminar, marcado por desgracia por una multiplicación de conflictos violentos, tanto bélicos como terroristas. “Una situación –ha observado– que está causando cada vez más en las conciencias maduras una reacción no violenta, sino espiritual y moral”. “Es la que queremos y debemos alimentar con los medios a nuestra disposición y de acuerdo con nuestras responsabilidades”, ha proseguido.

“La Iglesia católica, de acuerdo con su misión, con el Jubileo de la Misericordia se propone difundir en todo el mundo el espíritu de perdón y reconciliación, llamando a los fieles y a los hombres y mujeres de buena voluntad a abrirse al don de la gracia de Dios y a practicar lo que en nuestra tradición son las obras espirituales y corporales de misericordia”, ha indicado. “Los Estados están llamados también a hacer gestos concretos, actos de valentía para con las personas más frágiles de su sociedad, como los encarcelados, los emigrantes, los desempleados y los enfermos”, ha insistido.

“Deseo, además, en este Año jubilar, formular un llamamiento
urgente a los responsables de los Estados para hacer gestos concretos en favor de nuestros hermanos y hermanas que sufren por la falta de trabajo, tierra y techo”, ha enfatizado.

“En ámbito internacional –ha dicho– espero vivamente que toda nación se comprometa a renovar sus relaciones con otros pueblos para que se llegue a la fraternidad también dentro de la familia de las naciones”.

Por último, el papa Francisco ha enviado a través de los nuevos representantes diplomáticos un saludo fraternal a los pastores y fieles de las comunidades católicas presentes en sus países, animándoles a contribuir siempre con lealtad al bien común de la sociedad. “Lo podrán hacer más y mejor –ha asegurado– cuánto más se reconozca efectivamente su plena libertad religiosa”. “La Santa Sede, por su parte, se honra de instaurar con cada uno de ustedes y de los países que representan un diálogo abierto y respetuoso y una colaboración constructiva”, ha concluido.

 

El Santo Padre recibe a jóvenes de la Acción Católica Italiana

Les invitó a contribuir con su entusiasmo, sus oraciones y »con alguna renuncia para compartir lo necesario con otros chicos y chicas que no lo tienen»

El santo padre Francisco ha recibido esta mañana en el Vaticano a sesenta chicos y chicas de la Acción católica italiana de jóvenes (ACR) para intercambiar con ellos, como todos los años, las felicitaciones de Navidad.

 En la Sala del Consistorio los jóvenes le han llevado al Papa una torta por su cumpleaños, ya que hoy jueves el Santo Padre cumple 79 años. 

El lema del camino de formación de la ACR este año es »Viajando hacia Tí» cuyo significado, dijo Francisco, es »recorrer el camino del bien y no el del mal, el camino del perdón y no el de la venganza, el camino de la paz y no el de la guerra, el camino de la solidaridad y no el del egoísmo».

Este año la ACR ha elaborado un proyecto, como lo hace cada año, de ayuda a los emigrantes en la diócesis siciliana de Agrigento a cuya comunidad el Papa dio las gracias por su esfuerzo ejemplar de acogida a tantos hermanos y hermanas que llegan »cargados de esperanza pero también de tantas heridas y necesidades en búsqueda de pan y de paz». Un proyecto al que los chicos y chicas de la ACR pueden contribuir con su entusiasmo, sus oraciones y »con alguna renuncia para compartir lo necesario con otros chicos y chicas que no lo tienen».

El Santo Padre ha recordado que ayer en la audiencia general en la Plaza de San Pedro estaba presente con sus padres migrantes, un niño de cinco meses nacido en un barco en aguas de Sicilia. »Hay tantos, muchos niños que consiguen llegar, otros no. Y todo lo que se haga por estas personas es bueno. Muchas gracias por hacerlo».

 

Organizaciones católicas denuncian:
‘la extrema pobreza viola los derechos humanos’

Franciscan InternationalADT y Cáritas presentan en el Vaticano una guía para que las poblaciones pobres puedan reivindicar sus derechos

La extrema pobreza viola los derechos humanos, esta es la idea central del manual presentado este jueves en la sala de prensa de la Santa Sede, con el título “Making Human Rights Work for People Living in Extreme Poverty: a Handbook for Implementing the UN Guiding Principles on Extreme Poverty and Human Rights” (Haciendo que  los Derechos Humanos funcionen para las personas que viven en la Pobreza Extrema: un Manual para la Aplicación de los Principios Rectores de la ONU sobre la Pobreza Extrema y los Derechos Humanos).

Realizado por ‘Franciscanos Internacional’, con motivo del Jubileo de la Misericordia, el manual está destinado a defender los derechos humanos de las poblaciones que viven en extrema pobreza, y explica en un lenguaje accesible las líneas guías de las Naciones Unidas sobre el tema.

El manual está escrito en inglés y francés, y en breve en español y portugués, y se puede descargar del sitio web de ATD y Franciscan International, donde habrá también una versión en blanco y negro, más fácil de imprimir.

Un documento muy importante el de la ONU porque reconoce que vivir en pobreza extrema es una violación de los derechos humanos, o sea no solamente una tema económico sino un fenómeno que involucra a la persona y le impide vivir de manera digna. La finalidad del manual es ayudar también a que se cumpla el objetivo de eliminar la pobreza en 2030.

La eliminación de la pobreza extrema no es solamente un derecho moral, sino también jurídico, de acuerdo a la legislación vigente de derechos humanos.

Uno de los puntos fundamentales de la declaración ONU, y que está explicada por el manual, es que la pobreza extrema no es una situación inevitable, perpetuada por acciones u omisiones de los estados, y que hay medios para erradicarla. Además la idea de potenciar a las personas para que se vuelvan agentes de cambio. Ellas tienen que participar de las políticas que les afectan.

Se muestran allí la interdependencia de estos derechos que son interdependientes y otra parte sobre las acciones de monitoreo que se pueden realizar. Si bien no hay una línea clara de demarcación entre la pobreza extrema y la pobreza, la extrema crea un círculo vicioso de exclusión y discriminación. O sea que la diferencia es entre una pobreza con futuro y una pobreza sin futuro.

Intervinieron el obispo brasileño de Óbidos, Bernardo Johannes Bahlmann, O.F.M, el secretario general de Caritas Internationalis, Michel Royel ministro generale de la Orden Fransicana de los Frailes Menores, el padre A. Perry; el advocacy director de Franciscans International, Francesca Restifo; y el delegado de ATD Fourth World, Jean Tonglet.

El dirigente de Cáritas, Michel Roy, indicó que con este manual se ha querido “dar una señal fuerte” en el Año de la Misericordia. Porque la Misericordia no tiene que ser considerada como una acción débil opuesta a los derechos, porque ambas están relacionadas. Los derechos sin amor se vuelven secos, no contribuyen a construir una humanidad en toda su dimensión”. Precisó que “amor y misericordia se inspiran en la justicia, incitando, motivando la justicia”.

La señora Francesca Restifo, de Franciscans International, indicó que el objetivo del manual es el de “ayudar a los operadores locales para que comprendan mejor las consecuencias en términos de derechos humanos para las personas que viven en condición de extrema pobreza y proponer una serie de acciones concretas para reivindicar los propios derechos volviéndose agentes del propio cambio”.

Jean Tonglet, de la Ong ATD, recordó que esta iniciativa viene desde lejos, y gracias a la resolución de las Naciones Unidas en 1986, sobre pobreza y derechos humanos, cuya propuesta no pudo ser presentada por el fundador de ATD Joseph Wresinski y que fue retomada ante la ONU por el embajador argentino Leandro Despouy, y que Francia y Chile insistieron para que saliera en el año 1996. Recordó también que el cardenal Bergoglio ya había levantado el tema.

El ministro general de los Franciscanos por su parte, tras recordar la dignidad que merece la persona humana, recordó lo indicado por el documento ONU: “Todas las politicas relacionadas con la pobreza tienen que tener en vista conferir capacidades a las personas que bien en tales condiciones, se deben basar en el reconocimiento del derecho de estas personas y para que puedan tomar sus decisiones y respetar la posibilidad de realizar el propio sentido de la dignidad, y su derecho a participar en las decisiones que afectan a toda su vida”.

Los valores de estos principios guía, bien explicados en este manual, “están claramente expuestos –dijo– en los objetivos de desarrollo social que la familia franciscana afirma enérgicamente y activamente a nivel local, nacional e internacional”.

El obispo Bernardo Bahlmann profundizó sobre el tema de la deforestación del Amazonas, donde está su diócesis a orillas del río del mismo nombre, problemática que afecta no solamente a las poblaciones locales sino a toda la humanidad. Y sobre la necesidad de hacer un ‘movimiento verde’ para reforestar la región.  

 

Mons. Castro Quiroga: ‘Estamos en la antesala de la paz’

El presidente de la CEC valora la firma del penúltimo acuerdo de la agenda de negociación entre el Gobierno de Colombia y las FARC

 

El pasado 15 de diciembre, el Gobierno de Colombia y las FARC firmaron los principios que regirán el quinto y último punto de la agenda de negociación enmarcado en el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de no Repetición.

Tras la firma, el arzobispo de Tunja y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, manifestó que este acto es la antesala a un acuerdo definitivo de paz y que por esta razón, es importante que todo el país trate de entender los elementos fundamentales que componen dicho acuerdo, informó la CEC en su página web.

Monseñor Castro Quiroga insistió en que es necesario identificar las diferencias existentes entre la justicia transicional y la justicia penal, debido a que muchos colombianos están esperando decisiones que tienen sabor a justicia penal, cuando en definitiva son decisiones de justicia transicional. 

“No se pueden confundir las dos. Es importante que sobre la base de esta distinción se lea también todo lo demás y se vea que no hay impunidad, cosas indebidas, sino simplemente que hay dos caminos. Uno el de la justicia penal y otro el de la justicia transicional”, explicó el presidente de la CEC.

Respecto a la elaboración del acuerdo, que consta de 63 páginas, el arzobispo dijo que tiene que haber una colaboración mutua para que todo lo que se firmó, que a veces se firma en un lenguaje demasiado técnico y jurídico, sea traducido a un lenguaje sencillo para que todos los colombianos tengan claridad de lo que allí está plasmado.

“Si se puede traducir a un lenguaje sencillo la gente se va a animar a apoyar más el proceso de paz y se va animar después, a dar una decisión positiva en torno al mismo”, aseveró monseñor Castro Quiroga.

Respecto al plebiscito por la paz, el prelado manifestó que acciones como la de la firma de este quinto punto, crean un buen ambiente para que los colombianos vean con buenos ojos este mecanismo de participación. “Estas acciones van a servir para que aquellos colombianos que están inciertos y ven que todo lo que se está armando es una gran impunidad, entiendan que no hay tal cosa, que efectivamente se está tratando de seguir las indicaciones del Papa Francisco para que lo que se firme no vaya en contra de la Constitución, el Derecho Internacional y el Derecho Nacional”, aseguró. “Sencillamente –apuntó– que todo lo que se haga sea tan transparente para que luego no se dé cabida a demandas o cosas que hagan caer el proceso de paz”.

Por último, el presidente de la CEC consideró que esta firma debe animar a todo el país con el fin de apoyar los esfuerzos que se hacen en Colombia para superar la guerra y lograr la paz.

 

Un año después del anuncio de las nuevas relaciones entre EE.UU. y Cuba

De gran importancia el impulso dado por la Iglesia y el Papa, un hecho que agradecieron públicamente Barack Obama y Raúl Castro

Este jueves, 17 de diciembre, se cumple un año del anuncio simultáneo realizado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama y el mandatario de Cuba Raúl Castro, sobre la puesta en marcha de un proceso para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre sus respectivos países, congeladas desde el año 1961.

Desde entonces y hasta la fecha, ha sido un tiempo marcado por diferentes hitos históricos para el país caribeño: la reapertura de embajadas ocho meses después, la visita del papa Francisco a la Isla, el apretón de manos entre Obama y Castro en la VII Cumbre de las Américas, su esperado encuentro en la sede de la ONU… En definitiva, toda una serie de acontecimientos en los que la Iglesia y el Santo Padre han tenido un papel discreto pero decisivo, algo que han reconocido y agradecido públicamente ambos mandatarios.

La creación de una comisión bilateral para tratar asuntos económicos, sociales y culturales; la salud global, el turismo y los viajes; el comercio; internet y las comunicaciones y la seguridad han formado parte de la agenda de negociaciones del último año, según destaca la Casa Blanca en una Hoja Informativa.

Pero a pesar de estos avances, todavía queda mucho por hacer en el ámbito del respeto de los derechos humanos. De momento, solo se ha producido una reunión de alto nivel en el mes de marzo, para tratar esta espinosa problemática que afecta desde hace más de medio siglo al pueblo cubano. Por este motivo, –señala el documento difundido ayer por la Oficina del Secretario de Prensa– Washington “continúa criticando las violaciones de los derechos humanos y abogando por el respeto a la libertad de expresión y de reunión pacífica”.

Los próximos pasos no son fáciles, porque ambas partes difieren sobre dónde se debe poner el énfasis a la hora de liberalizar la sociedad y la economía del país caribeño. Para el régimen cubano lo importante es la liberalización económica y para el Gobierno de EEUU tiene mayor importancia la liberalización política. 
 

Beata Julia Nemesia Valle – 18 de diciembre

«La difícil situación familiar, que llenó años de su infancia, fortaleció a esta integrante de las Hijas de la Caridad que se caracterizó por su edificante caridad. Se entregó de tal modo que fue denominada el ángel de Tortona»

Hoy, festividad de Nuestra Señora de la Esperanza, la Iglesia celebra la vida de esta beata que derrochó caridad y generosidad en su entorno. Además, en el convento experimentó el gozo que acompaña a los seguidores de Cristo, gozo que su propio hogar le había hurtado por diversas circunstancias.

Natural de Aosta, Italia, nació el 26 de junio de 1847, después de que hubieran fallecido prematuramente dos hermanos anteriores. El trabajo de sus padres, comerciantes y propiet
arios de un negocio de costura, le permitieron disfrutar de una vida holgada y sin sobresaltos en la que puso nueva nota de singular alegría el nacimiento de su hermano Vicente. Su madre fue inculcándole valores esenciales, como la generosidad. Pero cuando Julia tenía 5 años, hallándose afincada toda la familia en Besançon, ella falleció y la situación dio un giro radical. Para empezar, su padre envió a los dos hijos a casa de unos parientes suyos que residían en Aosta. Otros familiares maternos establecidos en Donnas reemplazaron a éstos en la delicada tarea educativa, un vaivén que no fue gravoso para los pequeños a los que no faltó nada. En Donnas, además de cursar estudios en la escuela, recibieron formación en las verdades de la fe que les proporcionaba en su propia casa un sacerdote, amigo de sus allegados.

A los 11 años Julia se trasladó a Besançon, a un pensionado francés que regían las Hermanas de la Caridad fundadas por santa Juana Antida Thouret. Aunque podía haberse acostumbrado a las separaciones familiares, no era el caso, y nuevamente sufrió con ésta. La falta del calor que hubiera podido tener junto a su padre y hermano, la hallaba en Jesús: «el Señor que tiene a su lado a su mamá». Bien formada intelectual y humanamente, y dando muestras de gran delicadeza y bondad, cinco años más tarde, cuando tenía 16 años, regresó junto a su padre. Y se encontró con un escenario completamente distinto al que dejó al partir siendo una niña. Su progenitor había contraído nuevo matrimonio, y residía en Pont Saint Martín. Los problemas convivenciales enturbiaban de tal forma el trato comunitario que, al final, su hermano Vicente se fue de casa, y su pista se perdió para siempre. Por fortuna, las Hermanas de la Caridad abrieron casa en la localidad, y Julia poco a poco fue conociendo más de cerca su forma de vida, con lo cual, cuando su padre le mencionó la posibilidad de contraer matrimonio, ya había decidido ser religiosa.

El 8 de septiembre de 1866 inició el noviciado en Vercelli, en el convento de Santa Margarita. Su padre no se opuso y la acompañó ese día; una vez más, la separación fue dolorosa para ella. Pero la serenidad que halló en el monasterio inundó su acontecer de alegría y le reportó la paz que no había conseguido antes. Decidida a luchar para alcanzar la perfección, suplicaba: «Jesús despójame de mí misma y, revísteme de Vos. Jesús por ti vivo, por ti muero…». Al profesar tomó el hombre de Nemesia en honor a una santa mártir, con el anhelo de entregar su vida a Cristo siéndole fiel hasta el final. Fue destinada a Tortona. Y allí impartió clases de lengua francesa a escolares de primaria y a otros alumnos de cursos superiores.

Pronto destacó por su bondad y generosidad no solo en su cercano entorno religioso y académico sino en todos los demás. Entre otros, asistió cuanto le fue posible a Luigi Orione, el fundador de la Hijos de la Divina Providencia y acogió en varias ocasiones a la beata Teresa Grillo Michel, fundadora de las Hermanas de la Divina Providencia en Alessandria. Así abrió vías de colaboración apostólica con ellos, compartiendo el mismo ideal de amor cristiano. Los que habían constatado su capacidad para suavizar las aristas del sufrimiento y las carencias: pobres, huérfanos, familias, soldados e incluso los sacerdotes del seminario, se sentían tratados por Julia de una forma singular, reclamaban su presencia y agradecían su atención. Da idea de esta convicción común el comentario popular: «¡Oh, qué corazón el de la hermana Nemesia!». Por su caridad fue denominada «ángel de Tortona»

A los 40 años de edad fue nombrada superiora, misión que ejerció con el espíritu de servicio, humildad y generosidad que le caracterizaba. Decía: «Enfrentar el paso, sin volver atrás, fijando una única meta: ¡Sólo Dios! […] A Él la gloria, a los otros la alegría, a mí el precio a pagar, sufrir mas jamás hacer sufrir. Seré severa conmigo misma y toda caridad con las hermanas: el amor que se dona es la única cosa que permanece». Fue bondadosa y comprensiva, paciente y sutil. Supo consolar y acompañar a cada una de sus hermanas dando el consejo certero que convenía a su psicología. A todas alentó a vivir la virtud. Sabía que «la santidad no consiste en hacer muchas cosas o en hacer grandes cosas, sino en hacer lo que Dios nos pide hacer, y hacerlo con paciencia, amor y sobre todo en la fidelidad como es nuestro deber, fruto de un gran amor».

En 1903 abandonó Tortona, donde llevaba treinta y seis años, y partió a Borgari. Dejó una nota a las novicias: «Me voy contenta, las confío a la Virgen […]. Las seguiré en cada momento del día». En Borgari, su forma de trato, tan estimado por sus novicias, no era compartido por la superiora provincial, mujer inclinada a la rigidez y a la exigencia desmedida. Pero la beata acogió en silencio y sonriendo las reprimendas y humillaciones que sufrió. Permaneció allí trece años. Alrededor de 500 religiosas fueron formadas por ella. Murió el 18 de diciembre de 1916 de una pulmonía. Juan Pablo II la beatificó el 25 de abril de 2004.
 

Saltar de alegría

IV Domingo de Adviento

Miqueas 5, 1-4: “De ti saldrá el jefe de Israel”
Salmo 79: “Señor, muéstranos tu favor y sálvanos”
Hebreos 10, 5-10: “Aquí estoy, Dios mío, para hacer tu voluntad”
San Lucas 1, 39-45: “Dichosa tú, que has creído”

¿Cómo podríamos saber los sentimientos de María cuando ya se acerca la Navidad? San Lucas sale a nuestro encuentro y nos presenta esta escena tierna y simbólica de dos mujeres embarazadas: una anciana que en su seno lleva toda la ilusión de una vida marcada por la esterilidad pero que ahora ha florecido; y la otra, una jovencita que no acaba de salir de su asombro al saberse madre del Salvador. Aunque es muy pequeño el relato, está lleno de entusiasmo, bendiciones, prisas y saludos. Las dos mujeres, conforme a la narración de San Lucas, ya tendrían un velado conocimiento de que los frutos de sus vientres tendrán una misión importante, pero llena de dolor y sufrimiento. Sin embargo, la vida que va empezando en su seno las transforma y las llena de fortaleza. No teme Isabel los peligros que comporta un embarazo en la ancianidad. No teme María las dificultades que afrontará en su primer y único alumbramiento. ¡Cómo nos enseñan estas dos sencillas mujeres el verdadero valor de la vida! Están dispuestas a defender la vida a pesar de los graves problemas que les acarreará. Sería la primera y gran enseñanza: defender la vida. Defender la vida que empieza silenciosa y callada en el vientre de una madre, pero también la vida que agoniza en el olvido y el dolor de un anciano. Defender siempre y en toda ocasión la vida. Protegerla, cuidarla, hacerla florecer. Es el destino del verdadero creyente. Defender la naturaleza, la vida desprotegida, la vida en peligro.

María es modelo de disposición, valentía y servicio. Cuando se lleva vida en el interior, se tiene prisa por transmitirla a quienes más la necesitan. Isabel, su parienta, necesita ayuda y apoyo como toda mujer que ya está a punto de dar a luz y mucho más cuando se corren los riesgos de un parto en la ancianidad. La visita de María no es de cortesía o para su propio descanso. Se trata de llevar vida, buena noticia y servicio. Cuando tenemos a Cristo en nuestro corazón no es posible ocultarlo. Necesitamos darlo a conocer a los demás y la mejor manera de hacerlo es al estilo de María: llevando Buena Nueva, transmitiendo vida y sirviendo. María muestra así su grandeza de mujer y de creyente. Es la dignidad de una mujer que se siente contenta consigo misma y que está realizando la vocación para la que ha sido llamada. Mujer y discípula, entiende que la verdadera alegría es dar y compartir. A vece
s la vida nos parece estúpida, inútil para nosotros y para los demás. Nos encerramos por dentro para defendernos, para estar seguros en nuestras cosas y con aquellos que amamos. Pero el verdadero discípulo sabe ponerse en camino, abandonar sus seguridades y ofrecerse en servicio a los demás. Sabe tener las puertas abiertas: las del corazón y las de la casa. Entonces encontramos la verdadera libertad que salva, que hace crecer, que sirve y fortalece a los hermanos. La alegría mesiánica, propia de la Navidad, se tiene que convertir, como en el caso de María, en servicio y disponibilidad fraterna. Tenemos que “visitar” a los demás.

La verdadera alegría es encontrarse con Jesús. El Mesías largamente esperado ahora está cercano a Isabel y hace que el pequeño Juan ya goce y disfrute de su presencia. Dos grandes profetas que se encuentran aún en el seno de sus madres, ya dan muestras de la verdadera felicidad y la verdadera salvación. El último de los profetas se alegra y salta de gozo aunque en su vida sufrirá las exigencias que tiene todo amor y todo don. Jesús, el profeta por excelencia, ha venido para darnos su alegría, para enseñarnos que aun en el dolor, aceptado y vivido por amor y con amor, puede nacer la alegría. Él se pone en el inicio y en el final de nuestro camino como el gozo verdadero y perfecto, que ninguno nos podrá quitar. Son los últimos días de Adviento y es necesario que nos detengamos en silencio a captar esta presencia de Cristo. Es una invitación a comprender que los acontecimientos de cada día son gestos que Dios nos dirige, signos de su misericordia para cada uno de nosotros. Si sentimos su presencia daremos sentido a nuestra vida y entonces también podremos “saltar de alegría”. Si no, todos nuestros saltos, nuestros gritos y nuestras vueltas no tendrán ningún sentido.

Entre las bendiciones que Isabel pronuncia a favor de María resalta la alabanza a su fe. No era fácil creer en aquellos tiempos. La situación económica y política, los problemas religiosos, llevaban a tener una fe débil y quizás más en las circunstancias que vivía María. Sin embargo, acepta la propuesta del Señor y se confía plenamente en las manos del Señor. Como María, las personas humildes que han experimentado el amor de Dios, son las que tienen la capacidad de darle todo el crédito y de dejarse conducir aun en la oscuridad y en el silencio. Las pruebas y las dificultades de que está tejida nuestra existencia no destruyen la fuerza y el valor del creyente porque Dios es fiel en su promesa de salvación para aquellos que ama. El misterio de la Encarnación que estamos ya próximos a celebrar y estamos esperando, es una llamada fuerte a aumentar nuestra fe y una confirmación del amor de Dios por la humanidad.

Pocos días antes de la Navidad nos preguntamos: ¿somos capaces de salir al encuentro de los demás para servirlos, alegrarlos y llevarles vida? ¿Vivimos estos días de Navidad en una verdadera alegría que se traduce en compromiso, amor y encuentro con los hermanos? ¿Qué espera Jesús de ti en esta Navidad?

Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que hemos conocido por el anuncio del Ángel la Encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su Pasión y su Cruz, a la Gloria de la Resurrección”. Amén.

 

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ZENIT Staff

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