El Vaticano confirmó hoy en un comunicado de prensa que el deceso del ex-nuncio apostólico en República Dominicana, acusado de abuso sexual de menores, falleció de causas naturales de acuerdo a los primeros resultados de la autopsia.
Wesolowski de 67 años murió este jueves en el Vaticano, donde se encontraba bajo arresto domiciliario a la espera de fallo del juicio penal que había iniciado el 14 de junio. Sobre el prelado polaco pesaban las acusaciones de abuso sexual a menores y posesión de pornografía infantil.
El Vaticano había reducido en 2014 a Wesolowski al estado laical por abusos sexuales a menores. Era el primer obispo bajo arresto en la sede apostólica y el primer caso que sería juzgado en el ámbito penal por los tribunales eclesiásticos. Se calculaba que debería haber descontado al menos diez años en arresto domiciliario.
El comunicado de la Santa Sede indica: “A continuación de la imprevista muerte en la tarde del jueves 27 de agosto, del ex nuncio apostólico Józef Wesolowski, la Oficina del Promotor de Justicia del Vaticano, cumpliendo sus competencias ha dispuesto que se realice la autopsia, nombrando para ello a una comisión de tres peritos expertos, coordinada por el profesor Giovanni Arcudi, docente de Medicina Legal en la Universidad de Roma “Tor Vergata”. Los exámenes fueron realizados ayer por la tarde, y las primeras conclusiones del examen macroscópico confirman la causa natural del deceso, por un evento cardíaco. En los próximos días la Oficina del Promotor de Justicia, obtendrá ulteriores resultados en los exámenes de laboratorio realizados por dicha comisión”.
El fiscal de la Santo Domingo, Yeni Reynoso quien inició la investigación en su país, lamentó en su cuenta twitter que el deceso del exnuncio y por lo tanto el final del juicio «injusto para las víctimas».
Cuando el papa Francisco autorizó su arresto, el portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, indicó que se trababa del mayor cargo sobre el cual el Vaticano hubiera investigado por abusos sexuales. Además del proceso penal que daba un importante precedente, el Santo Padre dió un paso más hacia la tolerancia cero, al instituir una nueva sección judicial en la Congregación de la Doctrina de la Fe, destinada a juzgar las denuncias contra obispos por presuntos encubrimientos.