La gente sabe cuando un pastor tiene esa coherencia que le da autoridad. Así lo ha asegurado el Santo Padre esta mañana en la homilía de Santa Marta, en la que ha reflexionado sobre la distinción entre verdaderos predicadores del Evangelio y los “pseudoprofetas”.
Tal y como ha recordado Francisco, el pueblo siguió a Jesús porque Él enseñaba con autoridad y no como los escribas. Durante su homilía ha reflexionado sobre el Evangelio del día asegurando que la gente percibe cuando «un sacerdote, un obispo, un catequista, un cristiano tiene esa coherencia que les da la autoridad”. Asimismo, ha indicado que Jesús “advierte a sus discípulos” sobre los “falsos profetas”. Igualmente ha explicado cómo discernir “dónde están los verdaderos profetas y dónde están los ‘pseudoprofetas’”, “dónde están los verdaderos predicadores del Evangelio y dónde los que predican un Evangelio que no es Evangelio”.
Francisco ha hablado de tres palabras claves para entender esto: hablar, actuar y escuchar. Además, ha recordado las palabras de Jesús: “no todos los que me dicen ‘Señor, Señor’, entrarán en el Reino de los Cielo”.
Y lo ha precisado así: “estos hablan, hacen, pero les falta otra actitud, que es precisamente la base, que es precisamente el fundamento del hablar, del actuar: les falta escuchar. Por eso Jesús continúa: ‘Quien escucha mis palabras y las pone en práctica”. El binomio hablar-actuar no es suficiente… nos engaña, tantas veces nos engaña, ha advertido.
Y Jesús cambia y dice: “el binomio es el otro, escuchar y actuar, poner en práctica: ‘quien escucha mis palabras y las pone en práctica será como el hombre sabio que construye su casa sobre la roca”.
Sin embargo, el Santo Padre ha subrayado también que “quien escucha las palabras pero no las hace suyas, las deja pasar, no escucha seriamente y no las pone en práctica, será como el que edifica su casa sobre arena”.
Al respecto ha precisado que “cuando Jesús advierte a la gente sobre los ‘pseudoprofetas’ dice: ‘por sus frutos les conoceréis’. Y de aquí, su actitud: muchas palabras, hablan, hacen prodigios, hacen cosas grandes pero no tienen el corazón abierto para escuchar la Palabra de Dios, tienen miedo de la Palabra de Dios y estos son ‘pseudocristianos’, los ‘pseudopastores’. Es verdad, hacen cosas buenas, es verdad, pero les falta la roca”.
Por esta razón, el Papa ha advertido que sin esta roca “no pueden profetizar, no pueden construir: fingen porque al final todo cae”.
Y así, Francisco ha insistido en que “uno que habla y actúa, solamente, no es un verdadero profeta, no es un verdadero cristiano, al final caerá todo: no está sobre la roca del amor de Dios, no es seguro como la roca”. Y ha añadido: “uno que sabe escuchar y desde la escucha, actúa, con la fuerza de la palabra de otro, no de la propia, ese permanece seguro. A pesar de que sea una persona humilde, que no parece importante, pero ¡cuántos de estos grandes hay en la Iglesia! ¡Cuántos obispos grandes, cuántos sacerdotes grandes, cuántos fieles grandes que saben escuchar y desde la escucha actúan!»
Para finalizar la homilía, el Pontífice ha puesto como ejemplo a la madre Teresa de Calcuta que “no hablaba, y en el silencio ha sabido escuchar” y “ha hecho tanto”. No ha caído –ha observado– ni ella ni su obra.
De este modo ha concluido recordando que “los grandes saben escuchar y desde la escucha, actúan, porque su confianza y su fuerza está sobre la roca del amor de Jesucristo”. La debilidad –ha finalizado el Papa– de Jesús que de fuerte se ha hecho débil para hacernos fuertes a nosotros, nos acompañe en esta celebración y nos enseñe a escuchar y a hacer desde la escucha no desde nuestras palabras”.