La Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa ha condenado enérgicamente el ataque perpetrado por desconocidos al templo de la Multiplicación de los Panes y los Peces en Tabgha (Israel), en la orilla del Mar de Galilea, custodiado por la orden benedictina.
Se trata de un “acto de violencia perpetrado por individuos intolerantes” que “dañan la imagen de Tierra Santa, ofenden a los cristianos en este país y a la Iglesia en su conjunto”, han denunciado los obispos en un comunicado. El atentado “afecta a la idea de un Estado que se define como democrático, tolerante y seguro”, han añadido.
Los Ordinarios Católicos de Tierra Santa han advertido también que “tales actos criminales dañan gravemente la convivencia de las comunidades religiosas en el país”. Por este motivo, han subrayado que “judíos, cristianos y musulmanes, juntos, deben luchar contra este tipo de manifestaciones de violencia y extremismo”.
“En los últimos meses, otros ataques fueron perpetrados contra sitios cristianos o mezquitas y no se ha dado seguimiento a las investigaciones. Dada la gravedad de estos incidentes, exigimos una investigación inmediata y que los autores de este acto de vandalismo sean llevados ante la justicia”, han reclamado los prelados en su escrito.
Aun así, la Asamblea de Ordinarios Católicos ha agradecido “a los líderes políticos y religiosos que han condenado este acto y expresado su solidaridad”. Pero ha recordado que “la educación de los jóvenes en las escuelas religiosas, debe enfatizar estar a favor de la tolerancia y la convivencia”.
“Nuestra sociedad necesita nuestro testimonio de respeto por la dignidad de cada hombre y mujer, el respeto de su fe y proteger la santidad de todos los lugares santos y su libre acceso a los creyentes”, han insistido los obispos.
El santuario de Tabgha, construido hace tres décadas sobre los restos de iglesias de los siglos IV y V, ha resultado dañado por un incendio intencionado, según la policía y los bomberos israelíes, que han confirmado que las llamas se originaron simultáneamente en varios puntos en la noche del pasado miércoles al jueves.
El fuego ha destruido dos construcciones que rodean la iglesia, pero no ha afectado a los valiosos mosaicos del interior del templo. Además, un monje benedictino y un voluntario han resultado gravemente heridos por la inhalación del humo tóxico.
Los autores del ataque incendiario han dejado en uno de los muros del edificio una inscripción en hebreo con pintura roja que alude a una oración judía contra la presencia en Israel de “ídolos paganos”.
Esta es la tercera vez que la comunidad benedictina de Tierra Santa se ha visto afectada por actos de violencia. El 27 de abril de 2014, en Tabgha, jóvenes extremistas judíos profanaron la cruz y el altar de la iglesia. Y en la Abadía de la Dormición, cerca del Cenáculo, tuvo lugar otro incendio el 26 de mayo de 2014, pocos minutos después de la partida del papa Francisco.