El arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Cáritas Internacional, cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, ha afirmado este jueves en Córdoba que “es inmoral la venta de armas a países que se están desangrando”, como es el caso de Siria, que lleva más de cuatro años sufriendo una guerra “que no se quiere ver”.
En rueda de prensa, el purpurado hondureño se ha preguntado: “¿Cómo es posible que, por ejemplo, en Siria tengamos desde hace más de cuatro años una guerra que no se quiere ver?”. Ante este conflicto y sus consecuencias, ha considerado que “son muy tímidas las reacciones” y “no se dice que es inmoral la venta de armas a países que se están desangrando”, como es el caso de Siria, donde “mucha gente piensa que simplemente” es la lucha “de una facción contra el presidente al-Asad”, cuando resulta que “son nueve facciones diferentes” las que se enfrentan en esa guerra.
El cardenal Rodríguez Maradiaga ha proseguido sus declaraciones a los medios interrogándose sobre “¿cómo hacer para que verdaderamente termine ese derramamiento de sangre?”. Ya que, una de las consecuencias de este conflicto son los millones de desplazados y refugiados que ha provocado, los cuales “quisieran vivir en su patria”, pero están en su gran mayoría en el Líbano, “en un país que les acoge con bondad, pero que no les permite trabajar y ni siquiera conducir un coche”, cuando “muchos de ellos eran profesionales o empresarios en su tierra y ahora se ven reducidos a la compasión” de otros pueblos.
Por otra parte, ha anunciado que la próxima semana concluye su segundo y último mandato de cuatro años al frente de Cáritas Internacional y, al hacer balance del mismo, ha destacado que se queda “con la alegría enorme de ver como la caridad dentro de la Iglesia es floreciente”, algo que ha podido comprobar, porque ha podido “tocar ese amor cristiano tan grande en los cinco continentes, aún en las Cáritas más pobres”.
El todavía presidente de Cáritas Internacional ha afirmado también que dicha organización de la Iglesia “no es una ONG, sino la caricia del amor cristiano para aquel que sufre, para el excluido”. Y ha recordado que la entidad trabaja para paliar las consecuencias que sufren las personas que se ven inmersas en situaciones de emergencia, catástrofes naturales o provocadas por el hombre, como las guerras. Así, ha concluido valorando la valentía de las Cáritas que actúan en Tierra Santa y también en apoyo a los refugiados procedentes de Irak y Siria, todo un ejemplo a seguir.
El cardenal arzobispo de Tegucigalpa, uno de los principales colaboradores del papa Francisco, al que asesora sobre la reforma de la Curia y el gobierno de la Iglesia Universal, ha comparecido ante la prensa poco antes de ofrecer una ponencia sobre el 50 Aniversario de Cáritas Diosesana de Córdoba. Por la mañana, ya había participado en un encuentro sacerdotal con motivo de la festividad de san Juan de Ávila en la localidad cordobesa de Montilla.