“Necesitamos en Caracas muchos sacerdotes, y personas totalmente consagradas al servicio de Dios y de la Iglesia. Se trata de una de nuestras mayores necesidades (…) Sin ellos la vida de la Iglesia decae, pues falta el pastor que esté pendiente de las ovejas”.
Son las palabras del Cardenal Jorge Urosa Savino, con motivo de la 52ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, convocada bajo el lema: “¡Qué bueno caminar contigo!”, que se realizará el domingo 26 de abril, fiesta del Buen Pastor.
El mensaje será leído durante las misas del 25 y 26 de abril, con el objeto de incentivar sobre esta necesidad a los sacerdotes, diáconos, miembros de los institutos de vida consagrada, movimientos de apostolado, y demás fieles de la Arquidiócesis de Caracas
“El papa Francisco nos exhorta una vez más a orar a Dios Nuestro Señor por el aumento y la perseverancia de las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada”, ha escrito el Cardenal Urosa. “La Iglesia, en efecto, necesita muchos pastores y mensajeros de la misericordia del Señor”, agrega en su mensaje.
Algunos números para pensar
Aunque el Arzobispo no reveló cantidad alguna en el mensaje, se conoce que en 2013 para casi 25 millones de católicos venezolanos, existían 2.557 sacerdotes (diocesanos y religiosos), correspondiendo a cada consagrado atender a 9.705 personas.
El directorio de la Arquidiócesis de Caracas del año 2013, da cuenta de 127 sacerdotes diocesanos y 19 diáconos permanentes; además, menciona a 85 y 42 congregaciones religiosas de mujeres y hombres, respectivamente, aunque sin presentar la nómina de cada una estas. Sin embargo, tales cifras “no son suficientes”, dice Urosa.
“Sin el pastor se dispersan las ovejas”, sostiene. “Sin sacerdotes no hay eucaristía, ni animación pastoral, ni sacramentos de salvación”, explica. Los consagrados, “al entregar su vida totalmente al servicio de Dios y de la iglesia, realizan labores extraordinarias y fortalecen e impulsan la vida de la Iglesia”, añade.
Las escuelas, la atención a los hogares de ancianos y de niños necesitados, la atención a los pobres en las vicarías religiosas, “son algunas de las tareas que, como instrumentos de la misericordia de Dios, ellas y ellos realizan a lo largo y ancho de nuestra ciudad y de todo el País”, explica en su mensaje.
Por ello, considera necesario “que se asuma como una prioridad el trabajo de pastoral vocacional. De ello dependerá el futuro de nuestra Iglesia en los próximos años (…) Lo repito de nuevo: en este campo nos jugamos el futuro de la Iglesia”.
Finalmente reiteró “la disposición de incluir siempre en los actos de piedad la oración por las vocaciones consagradas, la cual no se omitirá nunca en la oración de los fieles en la Santa Misa”.
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic