El cardenal prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, Gerhard L. Müller, se ha reunido esta mañana, durante dos horas, con monseñor Bernard Fellay, superior general de la Fraternidad Sacerdotal S. Pío X, grupo tradicionalista fundado por monseñor Lefebvre. El encuentro se ha desarrollado en una clima de cordialidad, según ha precisado el padre Federico Lombardi a los periodistas en la Sala de Prensa del Vaticano.
Además, en el encuentro estaban presentes también monseñor Luis Ladaria SI, secretario de la Congregación, Mons. Augustine Di Noia OP, secretario adjunto y Mons. Guido Pozzo, secretario de la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, además de los asistentes de la Fraternidad, Nikolas Pfluger y Alain-Marc Nély. La comisión Ecclesia Dei fue creada en 1988 por Juan Pablo II precisamente con el fin de favorecer el regreso a la Iglesia católica de todos los individuos unidos a la comunidad «lefebvriana».
Asimismo, el portavoz del Vaticano ha precisado que «durante el encuentro se han examinado algunos problemas de orden doctrinal y canónico y se ha acordado proceder gradualmente y dentro de un tiempo razonable para superar las dificultades y alcanzar la deseada reconciliación plena».
«Después de un largo periodo donde no había habido más encuentros –ha dicho el padre Lombardi– el de hoy ha sido un retomar el contacto de forma serena, que muestra la buena intención de continuar en una perspectiva positiva».
El encuentro de esta mañana ha sido el primero desde que el nombramiento del cardenal Müller como prefecto de la Congregación par ala Doctrina de la Fe.
El 21 de enero de 2009, la Santa Sede con un decreto pontificio, levantaba la excomunión a los cuatro obispos consagrados válidamente pero no legítimamente porque contradiciendo la prohibición de la Santa Sede, acto que les valió la excomunión, junto a Mons. Lefebvre.
Porque «una ordenación episcopal sin el mandato pontificio significa el peligro de un cisma, porque cuestiona la unidad del colegio episcopal con el Papa. Por esto, la Iglesia debe reaccionar con la sanción más dura, la excomunión, con el fin de llamar a las personas sancionadas de este modo al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad» escribió Benedicto XVI, en 12 de marzo de 2009 en la carta a los obispos de la Iglesia católica.
En la misma carta, Benedicto XVI precisó que «hasta que las cuestiones relativas a la doctrina no se aclaren, la Fraternidad no tiene ningún estado canónico en la Iglesia, y sus ministros, no obstante hayan sido liberados de la sanción eclesiástica, no ejercen legítimamente ministerio alguno en la Iglesia».
En julio de 2011, el predecesor del actual prefecto, el cardenal Levada, en uno de sus últimos actos había entregado al superior de la Fraternidad un texto con un Preámbulo Doctrinal preparado por la Congregación y aprobado por el Benedicto XVI. El texto, necesario para proceder con un marco que habría llevado a la Fraternidad a la regularización de su posición en el seno de la Iglesia católica, no fue firmado por monseñor Fellay.
En septiembre de 2011, en un comunicado firmado por el secretario general de la Fraternidad, Christian Thouvenot, explicaba que el documento no fue firmado porque «claramente inaceptable».
El último episodio oficial de encuentro entre representantes de la Fraternidad y representantes de la Iglesia católica tuvo lugar hace unos meses al finalizar una cena en Santa Marta. Fue un breve saludo entre monseñor Fellay y el papa Francisco.