(zenit – 24 agosto 2020).- “Hoy se cumplen 10 años de la masacre de 72 migrantes en México” escribe el Papa en Twitter recordando la matanza de migrantes de diferentes nacionalidad en el rancho Huizachal, San Fernando, en el fronterizo estado de Tamaulipas, a manos del Crimen Organizado.
“Expreso mi solidaridad a las familias de las víctimas que todavía hoy invocan justicia. El Señor nos pedirá cuentas de todos los migrantes caídos en los viajes de la esperanza”, es el mensaje publicado por el Pontífice este lunes, 24 de agosto de 2020, a través de su cuenta @pontifex_es.
Igualmente, expresó su cercanía con las víctimas de la tragedia ayer, domingo, 23 de agosto de 2020, en el rezo del Ángelus. “Eran personas de diferentes países que buscaban una vida mejor”, pronunció. “El Señor nos pedirá cuentas de todos los migrantes caídos en los viajes de la esperanza. Han sido víctimas de la cultura del descarte”.
Conferencia del Episcopado Mexicano
Como Iglesia, los prelados de México expresan su dolor ante la situación por la que atraviesan muchos hermanos y hermanas migrantes y, se solidarizan con las familias de estos 72 y de todas las personas migrantes que han sido víctimas del crimen organizado en el país y que hoy claman por justicia y verdad.
Este acontecimiento de la masacre de los 72 migrantes en San Fernando, y de tantos otros que hoy en día siguen siendo víctimas del crimen organizado, “exigen del gobierno políticas migratorias más justas y accesibles que no obliguen a los migrantes a vivir en la clandestinidad y convertirse en presa fácil de estos grupos”, han denunciado los obispos mexicanos en un comunicado.
Las políticas migratorias que buscan frenar y reprimir la migración “solo favorecen a los grupos criminales que hacen de las personas migrantes un objeto de negocio que les genera altas sumas de dinero”, describen.
24 de agosto de 2010
El 24 de agosto de 2010, en el rancho Huizachal, San Fernando, en el fronterizo estado de Tamaulipas, 72 migrantes, de diferentes nacionalidades, son masacrados a manos del Crimen Organizado. Migrantes de diferentes nacionalidades (Brasil, Ecuador, Nicaragua, Honduras, Guatemala, El Salvador), que buscaban una vida mejor, fueron concentrados en una bodega abandonada.
Ahí fueron asesinados con el tiro de gracia por haberse negado a trabajar para el crimen transportando en sus mochilas la droga a Estados Unidos.
Freddy Lala, migrante ecuatoriano sobreviviente a la masacre, logró caminar 20 kilómetros hasta un retén de la Marina para denunciar los hechos.
Este hecho y tantos otros de secuestro, extorsión y asesinatos a tantos otros migrantes antes y después, situación que se sigue dando hasta nuestros días, “pone al descubierto la fragilidad del Estado Mexicano frente a la proliferación de grupos delincuenciales que han permeado todo el territorio nacional, así como la vulnerabilidad de toda la población frente a los criminales, pero especialmente de las personas migrantes quienes fácilmente caen en manos de los grupos al margen de la ley”, apelan los obispos.