Dentro de tres días, el santo padre Francisco aterrizará en Corea en el tercer viaje internacional de su pontificado. Y por ello, el Papa ha querido enviar un videomensaje en ocasión del inminente comienzo de la 6ª Jornada de la Juventud Asiática.
El Pontífice les da las gracias «desde ahora por vuestra acogida y os invito a rezar juntos conmigo, para que este viaje apostólico traiga buenos frutos para la Iglesia y para la sociedad coreana».
De este modo, el Papa retoma las palabras del profeta dirigidas a Jerusalén «¡Álzate, resplandece!» para dirigirse a ellos. «Es el Señor quien os invita a acoger su luz, acogerla en el corazón para reflejarla en una vida llena de fe, de esperanza y de amor, llena de gloria del Evangelio», exhorta el Santo Padre.
Asimismo, les recuerda que estará allí con ocasión de la Sexta Jornada Asiática de la Juventud. A los jóvenes en particular les llevará un llamamiento del Señor: «Juventud de Asia, ¡álzate! La alegría de los mártires brilla sobre ti». El Papa indica que la luz de Cristo resucitado brilla como en un espejo en el testimonio de Paul Yun Ji-chung y de los 123 compañeros, todos mártires en la fe, que proclamará beatos el próximo 16 de agosto en Seúl.
A continuación, Francisco explica que los jóvenes son portadores de esperanza y de energías para el futuro, pero son también víctimas de la crisis moral y espiritual de nuestro tiempo. Por esto quisiera anunciarles a ellos y a todos, el único nombre en el que podemos ser salvados: Jesús, el Señor.
Para finalizar, el Papa indica a los «queridos hermanos y hermanas coreanos», que la fe en Cristo ha puesto raíces profundas en su tierra y ha traído frutos abundantes. «Los ancianos son los guardianes de esta herencia: sin ellos los jóvenes serían privados de memoria. El encuentro entre los ancianos y los jóvenes es garantía del camino del pueblo. Y la Iglesia es la gran familia en la que todos somos hermanos en Cristo. En su nombre voy a vosotros, en la alegría de compartir con vosotros el Evangelio de amor y de esperanza», finaliza el Santo Padre.