(ZENIT Noticias / Kharkiv, Ucrania, 04.03.2022).- Párroco de la catedral católica de Kharkiv y canciller de la misma diócesis, el padre Gregorio Semenkov está viviendo junto a su rebaño el duro azote de la invasión rusa. En medio de ese sufrimiento, la primera dama de Polonia, la sra. Agata Kornhauser-Duda, le hizo una llamada telefónica para interesarse tanto por él como por todos los refugiados ucranianos. De hecho, en la conversación telefónica le aseguró que están trabajando para poder conseguir un corredor humanitario.
“Me aseguró que Polonia está organizando un corredor humanitario desde Lviv hasta la frontera polaca para los desplazados de Ucrania. Polonia está haciendo mucho. Me sentí como si fuera una madre preocupada por nosotros. Me conmovió», dijo el padre a la agencia SIR de los obispos italianos.
En esa misma declaración, el padre Gregorio refiere que los combates de los que escucha los cañonazos tienen lugar a no más de 30 kilómetros. La gente acude a la iglesia a pedir ayuda y en búsqueda de refugio. «Atacaron una escuela militar y había 50 chicos que se habían refugiado dentro. Están todos muertos. La Iglesia Ortodoxa del Patriarcado de Moscú también se vio afectada. No quedó completamente destruida, pero sufrió graves daños. También ayer, el obispo católico y el obispo ortodoxo (de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana) fueron a la oficina de la policía que fue bombardeada y dieron una bendición a los muertos. El toque de queda aquí en Kharkiv comienza desde las 3 de la tarde hasta las 6 de la mañana”, refiere.
