(ZENIT Noticias / Lahore, Pakistán, 10.07.2023).- Varias iglesias de Pakistán se han visto obligadas a cerrar después de que extremistas islamistas declararan buscar venganza por la quema del Corán en el exterior de una mezquita de Estocolmo (Suecia) durante la festividad musulmana del Eid Al-Adha, según ha declarado un obispo.
El aumento de los riesgos para la seguridad supone un nuevo reto para una Iglesia ya sometida a presión en un país en el que se registraron legalmente al menos 57 acusaciones de blasfemia durante los cinco primeros meses de 2023.
El Obispo de Multan, Yousaf Sohan, dijo a la organización caritativa católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) que el Gobierno pakistaní insistió en que las iglesias y otros edificios eclesiásticos, incluidas las escuelas, aumentaran las medidas de seguridad en respuesta a los crecientes temores de ataques extremistas.
El grupo islamista Lashkar-e-Jhangvi, con sede en Lahore, ha amenazado con llevar a cabo atentados suicidas contra las iglesias de Pakistán en represalia por la quema del Corán por un ateo iraquí.
El Obispo Sohan, presidente de la Comisión Católica para el Diálogo Interreligioso y el Ecumenismo en Pakistán, declaró: «El país está dividido en zonas, según los niveles de seguridad. La diócesis de Multan está en una zona roja. Tenemos varios edificios eclesiásticos cerrados en este momento porque no cumplen los requisitos de seguridad exigidos por el Gobierno en esta situación».
De momento, no ha ocurrido nada en la diócesis, aparte de críticas verbales y amenazas en las redes sociales, según el Obispo.
Añadió que la Iglesia lamenta que el acto irrespetuoso de un hombre que vive en la seguridad de Suecia pueda hacer más difícil la vida de los cristianos en países de mayoría musulmana, como Pakistán, donde la profanación del Corán puede llevar a la cadena perpetua.
La Iglesia católica de Pakistán condenó el acto a través de la Comisión Nacional de Justicia y Paz (NJCP), manifestando su solidaridad con los musulmanes y pidiendo a Suecia que garantice el respeto a todas las religiones.
El obispo Sohan declaró: «Rezamos por la paz. Estos incidentes no deberían producirse, porque causan grandes trastornos a nuestro pueblo. Debemos respetar los derechos y la humanidad de los demás, independientemente de su religión».