(ZENIT Noticias / Roma, 20.07.2023).- Italia, conocida históricamente como la baluarte del cristianismo y sede de la ciudad del Papa – el Vaticano-, está atravesando una realidad preocupante en cuanto a su fe religiosa.
Según un nuevo estudio encargado por la revista «Il Timone», una gran parte de la población italiana, nada menos que el 37%, se declara «no creyente».
A pesar de la presencia del Vaticano y la tradición cristiana arraigada en el país, los datos son claros: solo el 13.8% de la población se declara «creyente» y católico practicante, asistiendo a misa regularmente. Esta minoría está compuesta principalmente por personas mayores y sólo algunas jóvenes.
Dentro de los «creyentes» que asisten a misa al menos una vez al mes, solo el 33% confiesa al menos una vez al año, y sorprendentemente, el 32% no comprende completamente el significado de la eucaristía, un sacramento instituido por Jesús durante la Última Cena.
Los datos del estudio también reflejan un desconocimiento alarmante entre los creyentes sobre aspectos fundamentales de la fe.
Menos del 60% de los practicantes saben en qué consiste la confesión, y el 66% desconoce o confunde la definición de «resurrección de la carne».
Además, el 20% considera que el pecado es simplemente un «error cometido contra los demás».
En cuanto a temas éticos, como el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, los creyentes muestran una visión más secularizada. Sin embargo, existe una fuerte oposición entre ellos a la gestación subrogada y a la legalización de las drogas.
Por otro lado, la oración sigue siendo una práctica común entre los italianos, con aproximadamente uno de cada cinco fieles rezando a diario y el 96% haciéndolo ocasionalmente. Además, el 70% de los asistentes a misa cree en la existencia del Diablo.
Estos resultados se suman a estudios anteriores que ya habían registrado una disminución en la asistencia semanal a misa, pasando del 31.1% al 22% entre 1995 y 2020. La religiosidad parece estar evolucionando hacia una actitud más reflexiva y meditativa, lo que genera preocupación sobre el futuro de la Iglesia en Italia.
Incluso el Papa Francisco ha señalado que la secularización ha transformado el estilo de vida de las personas, dejando a Dios en segundo plano y su Palabra ya no parece guiar las decisiones fundamentales y las relaciones humanas y sociales.
Ante esta realidad, surge la pregunta sobre si la Iglesia podrá recuperar su relevancia o si está enfrentando una situación irreversible. El desafío es encontrar maneras de conectar con la sociedad actual y mantener viva la fe en un mundo cada vez más secularizado.
Con información de la revista Il Timone.
