El arzobispo del Cuzco, Juan Antonio Ugarte le entregó hoy al papa Francisco el libro “Tesoros de la Catedral del Cusco” un volumen ilustrado de casi 300 páginas en el que se muestran las maravillas ya restauradas del templo colonial si no el más bonito, al menos de los más hermosos de América Latina.
Lo hizo al concluir la audiencia en la plaza de San Pedro que reunió como todos los miércoles a miles de peregrinos y fieles que a pesar de la lluvia se reunieron para escuchar la catequesis del Santo Padre.
“Tesoros de la Catedral del Cusco” además fue presentado por la tarde a la prensa en un importante hotel de Roma en una acto que contó con la presencia de diversos embajadores de los países latinoamericanos acreditados en Italia o ante la Santa Sede, y claramente el de Perú ante el Vaticano, Juan Carlos Gamarra. Allí estuvo ZENIT que conversó con Mons. Ugarte y con el gerente de relaciones institucionales de Telefónica, Eduardo Devoto Achá, quienes explicaron a nuestros lectores algunos particulares interesantes sobre esta restauración de la catedral y sobre el mundo andino.
Devoto indicó que la inversión final para restaurar la catedral fue de 1,4 millones de dólares y sirvió también para crear dos escuelas de restauradoes: “En Cuzco no se contaba con un número de restauradores suficientes y a partir del proyecto se crearon dos escuelas maravillosas en la ciudad”. Y entre los desafíos, añadió el manager “figura que el Instituto de Cultura (Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco) pidió se realizara un libro sobre la catedral y su restauración. El reto fue enorme pero lo aceptamos encantadísimos, porque era dar a conocer al mundo esta belleza”.
Y el dirigente de Telefónica conclyó: “Cuando presentamos el volumen a mediados de diciembre en Cusco, Mons. Ugarte nos dijo, ‘Este libro es tan bonito que debemos presentárselo al Papa’ y hoy realizamos este sueño así como la presentación en Roma del volumen”.
¿Eminencia, cómo nace este libro?
–Mons. Ugarte. ‘Tesoros de la Catedral del Cusco’ es un libro que anhelaba desde hace muchos años pero no conseguía un mecenas que lo editara. Ahora surgió Telefónica que nos ayudó muchísimo en la restauración de la catedral y espero que aún nos sigan ayudando.
La catedral de Cuzco es extraordinaria, ¿verdad?
— Mons. Ugarte. Considero, así como bastantes personas y expertos, que la catedral de Cusco es la más hermosa de Latinoamérica, claro está también la de México, aunque la de nuestra ciudad guarda más tesoros artísticos y riqueza en plata y oro. Entre ellos Virgen de la Puerta, que fue regalada por Carlos V, que está en un retablo que es la espalda del coro. Creo que es presumir decir que el coro es como el de Toledo, casi, casi, pero claramente lo digo con tanto cariño.
¿La restauración se hizo respetando las técnicas originarias?
— Mons. Ugarte. Es impresionante que hoy en día los artesanos siguen trabajando la madera como en aquella época. Hay tantos de primera calidad. Me gustan todos y especialmente Olave, que hizo un nacimiento para los reyes de España y que ha convertido su casa en San Blas en un museo. Allí hay un Niño Jesús que le regaló a Juan Pablo II cuando en 1985 estuvo en Cuzco, y que que después de bendecirlo el Papa se lo entregó. Y esta familia lo conserva como un tesoro. Claro, este libro retrata algunos de los tesoros porque haría falta una enciclopedia para recoger todo.
En el documento de Aparecida se habla de la riqueza de la religiosidad popular, pero también de la necesidad de purificarla
— Mons. Ugarte. En Cusco hay dos grandes manifestaciones de religiosidad popular unidas a la catedral. Por un lado la procesión del Señor de los Temblores y la procesión del Corpus, ambas espresan esta gran religiosidad popular. Es impresionante como estas organizaciones, por ejemplo la confraternidad del Señor de los Temblores pide un capellán, porque sus integrantes desean tener formación. Todos los años antes de la fiesta ellos tienen un retiro de varios días que termina con la santa misa. Esto es más reciente y poco a poco esto se va extendiendo.
Hay muchas otras manifestaciones populares, como el Señor de Coyoríti. Allín nadie se emborracha, porque cada grupo tiene a los ‘pauluchos’, que son como guardianes y pobre del que toma demasiado. En los otros sitios o santuarios los párrocos van luchando contra las costumbres que necesitan ser purificadas. Mucho depende de cada parroquia. Hay que entender que por ejemplo en algunas vigilas de noche delante de la cruz, con ese gran frio, el alcohol es por así decir la calefacción interna. Entretanto poco a poco, a medida que se evangeliza, va mejorando. Hay que tener mucha paciencia porque el tema no es a corto plazo. Hay que entender también que hay un recambio generacional. Baste pensar que la edad media de los sacerdotes en mi diócesis es inferior a los 40 años.
Se registra el renacer de las religiones ancestrales en algunas zonas andinas, ¿cómo ve el fenómeno?
