TEGUCIGALPA, martes 11 septiembre 2012 (ZENIT.org).- Los asistentes a un encuentro de Pastoral Familiar, convocado por el Consejo Episcopal para América Latina y el Caribe (CELAM), celebrado del 3 al 6 de septiembre en Tegucigalpa, Honduras, renovaron su compromiso en favor de la familia y, al término de su encuentro, hicieron público un comunicado. El encuentro estaba previsto para delegados procedentes de México y Centroamérica.
Los participantes –obispos, sacerdotes, laicos comprometidos en Pastoral Familiar- tenían como objetivo dar continuidad e implementar el tema “Familia, Trabajo y Fiesta”, que Benedicto XVI propuso para su estudio y celebración en el VII Encuentro Mundial con las Familias en Milán, Italia, en el mes de junio de 2012 que él mismo compartió con su presencia.
Ofrecemos el texto del comunicado enviado a ZENIT.
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Un saludo fraterno y cordial para la Iglesia que peregrina en México y Centro América y que aspira a vivir en estado permanente de misión.
Hemos sido Convocados obispos, sacerdotes y laicos comprometidos en Pastoral Familiar, por el Departamento de Familia, Vida y Juventud del Consejo Episcopal para América Latina y el Caribe, CELAM, para dar continuidad e implementar el tema “Familia, Trabajo y Fiesta”, que SS Benedicto XVI propuso para su estudio y celebración en el VII Encuentro Mundial con las Familias en Milán, Italia, en el mes de junio de 2012 que él mismo compartió con su presencia.
Conscientes de los ataques y dificultades a los que la familia hoy en día se ve expuesta, no somos ajenos a los sufrimientos y esperanzas de los padres y madres de familia y sus hijos. Sin embargo, San Pablo nos invita a aspirar a los carismas mayores. Él nos dice, “de estos carismas el mayor es el amor…” .
El Magisterio de la Iglesia de América Latina ha comprendido estas dos dimensiones del matrimonio y la familia: la del sufrimiento y la de vivir su identidad de perseverancia en el amor y la misión. Sin embargo, no se trata simple y sencillamente de valorar a la familia como célula básica de la sociedad, como fuente de amor, sino como verdadero patrimonio de la humanidad y transmisora de valores y de la fe cristiana.
El salmista dice: “como la cierva busca corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío…” . Inspirados en las Sagradas Escrituras, queremos exhortar a las familias para que sean la fuente de agua pura, fresca y cristalina donde todos sus miembros puedan llegar a beber y que vivan en comunión con Dios y que otros lo puedan encontrar a través de su testimonio.
Dios tiene su mirada puesta en las familias desde el momento de la creación. Su intención sigue siendo que el hombre y la mujer no estuviesen solos y que cooperasen con Él diciéndoles: “creced y multiplicaos” , por eso les hizo complementarios. “Señor, sigue gozándote en la obra de la creación. Como familias cristianas, queremos perseverar respondiendo a la confianza que depositaste en nosotros haciéndonos corresponsables contigo en la obra de la redención.”
Hemos reflexionado en el trípode que ha de sostener a la Pastoral Familiar, a saber, la formación, espiritualidad y testimonio (FET).
Haciendo un recorrido bíblico, acompañando a la Sagrada Familia de Nazaret, dulce familia, pero con una realidad dolorosa y sufrida que no hizo fácil las circunstancias que vivieron. Sin embargo, respondieron a la vocación a la que Dios les llamó: educar a su Hijo para que llegase a Jerusalén. Sabiendo que en la actualidad existen numerosas familias que viven en dificultad, les animamos a que con este modelo enfrenten y asuman con valentía su misión.
El Magisterio de la Iglesia de América Latina y recientemente, a través del Documento de Aparecida, nos propone una vez más, que la Pastoral Familiar sea uno de los ejes transversales de toda acción pastoral, diocesana o parroquial. Por eso, exhortamos a los evangelizadores a que su planificación no se limite a organizar y celebrar eventos, sino que se centre en procesos de formación sistemáticos y orgánicos para poder evangelizar y acompañar a los matrimonios y familias en todas las etapas y situaciones de su vida.
Nuestro tema de estudio durante esta semana ha querido enfatizar que la familia, en sus dimensiones de trabajo y fiesta, necesita ser fortalecida en los principios de corresponsabilidad y complementariedad.
Aspiramos a que se lleguen a consolidar en las iglesias particulares y en las parroquias, los equipos de pastoral familiar de tal manera que haya continuidad en los procesos.
Respecto de la relación de la familia con la empresa y viceversa, constatamos que ambas realidades no son antagónicas y que han de saber conjugar sus principios y valores.
Toda celebración de eventos familiares es motivo de fiesta. Sin embargo, deseamos resaltar la importancia de la celebración con alegría de los sacramentos como una oportunidad de regocijo familiar, siendo el culmen la fiesta en el día del Señor, la Eucaristía, como identidad de la familia cristiana.
Los países de la Región México-Centro América depositamos en el corazón de Nuestra Señora de Suyapa, nuestras familias y le pedimos que en el contexto festivo de la boda de Caná nos siga diciendo: “hagan lo que Él les diga”