La corrupción, las protestas sociales en diversas regiones, así como el debate en torno al proceso de paz y el fin del conflicto armado, fueron los temas centrales al cierre de la XCV Asamblea Plenaria del Episcopado colombiano.
Se informó también que hacia el final del presente año la Iglesia en Colombia organizará una peregrinación por el Río Magdalena con la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de Chiquinquirá para incentivar en la negociación que realian el Gobierno Nacional y la guerrilla de las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
El Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Cardenal Rubén Salazar Gómez, indicó en una conferencia de prensa, en el marco de la XCV Asamblea Plenaria del Episcopado, que se ha organizado “un gran movimiento de oración por medio de la Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Chiquinquirá”.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), el cardenal Rubén Salazar Gómez, aseguró en rueda de prensa que estos tres aspectos de la situación actual «nos mueven a ahondar y renovar nuestro compromiso con el país».
Mons.cSalazar Gómez explicó que se enfrenta una grave amenaza por la corrupción, que podría llevar a una «institucionalización» de ésta cuando se hace común «una mentalidad que desvía los bienes del Estado y los hace bienes privados».
En un comunicado al cierre de la XCV Asamblea Plenaria del Episcopado colombiano los obipos afirmaron que los desfalcos en sectores como la salud y la educación, son manifestaciones de una corrupción que «destruye la moral y la confianza del pueblo en sus instituciones y en el mismo Estado».
Por ello el cardenal Salazar invitó a «una reacción enérgica y valerosa de todas las fuerzas vivas de la Nación para destruir el monstruo de la corrupción y lograr el afianzamiento de los valores que permiten la consolidación de una nación justa, solidaria y fraterna».
El Presidente de la CEC se refirió además a las protestas sociales en varias zonas del país, cuyos habitantes «no han encontrado una respuesta adecuada por décadas y que en varios casos no han alcanzado sino el nivel de promesas no cumplidas por parte de los diferentes gobernantes».
Recordó la importancia de asegurar que todas las comunidades logren un mayor acceso a los mercados para los productos de las comunidades campesinas, la seguridad alimentaria, inversiones en vías, salud y educación y la necesidad de subsidios para erradicar los cultivos de uso ilícito en forma definitiva.
Reiteró su llamado al «diálogo permanente y serio entre el gobierno y los diferentes estamentos involucrados en esta problemática», como camino para evitar que se altere el orden público y se puedan alcanzar las reivindicaciones en un clima de concertación y búsqueda del bien de todos.
El Cardenal instó a unir esfuerzos para recuperar la ética política, la transparencia en la gestión pública y en la gestión social, económica y empresarial; a favorecer una mayor presencia social del Estado frente a reivindicaciones expresadas en el marco de la legalidad: a apoyar los esfuerzos para dar fin al conflicto armado por medio del dialogo y de acuerdos con las FARC y también con el ELN que conduzcan efectivamente al cese definitivo del conflicto armado y de toda clase de violencia.
«Nos comprometemos, por nuestra parte, a profundizar en las implicaciones del compromiso por la paz, a animar en todos los niveles el trabajo por la transparencia y la efectiva construcción del bien común, y a buscar una vida digna para todos los habitantes de nuestro país», concluyó Mons. Salazar Gómez.