CIUDAD DEL VATICANO, jueves 6 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Todo niño refleja el rostro de Dios, afirmó el Papa este miércoles por la tarde al visitar el Policlínico Agostino Gemelli de Roma.
Con motivo de la solemnidad de la Epifanía, el Pontífice visitó el hospital romano, donde fue acogido por el cardenal vicario Agostino Vallini; el delegado para la asistencia religiosa en los hospitales de Roma, monseñor Armando Brambilla; el rector de la Universidad Católica del Sacro Cuore, Lorenzo Ornaghi; el director administrativo de la Universidad, Marco Elefanti; el decano de la facultad, Rocco Bellantone; el director de la Sede de Roma, Giancarlo Furnari, el asistente eclesiástico general, monseñor Sergio Lanza, y el director del Policlínico, Cesare Catananti.
El Pontífice subió a la quinta planta, al Departamento de Pediatría, donde fue acogido por el director, Costantino Romagnoli.
Tras visitar los locales del Centro para el cuidado de los niños con espina bífida, saludó a los pequeños pacientes ingresados en las habitaciones de la estructura, pasando después a la Unidad de Cuidados Intensivos para la asistencia neonatal.
Después ascendió a la séptima planta para una breve visita al ambulatorio del Instituto Científico Internacional Pablo VI para la investigación, el diagnóstico y la terapia de la esterilidad conyugal, donde fue acogido por el director, Riccardo Marana.
“Quiero deciros que os quiero mucho y que estoy cerca vuestro con mi oración y mi afecto, también para daros fuerza al afrontar la enfermedad”, les dijo.
También expresó su reconocimiento a los padres, familiares, dirigentes y a todo el personal del Policlínico, “que con competencia y caridad se ocupan del sufrimiento humano”.
“Bendigo a las personas, el compromiso y estos ambientes en los que se ejercita de manera concreta el amor a los más pequeños y a los más necesitados”, añadió.
“He querido venir a encontrarme con vosotros también para hacer un poco como los Magos, que celebramos en esta fiesta de la Epifanía”, dijo el Papa a los niños.
“Ellos llevaron a Jesús regalos -oro, incienso y mirra- para manifestarle adoración y afecto. Hoy os he traído también yo algún regalo, precisamente para que sintáis, a través de un pequeño signo, la simpatía, la cercanía, el afecto del Papa”.
En este tiempo de Navidad, destacó que su mayor deseo es sin embargo que todos recuerden “que el regalo más grande nos lo ha hecho Dios a cada uno de nosotros”.
“Miremos en la cueva de Belén, en el pesebre, ¿qué vemos?, ¿qué encontramos?”, preguntó.
“Está María, está José, pero sobre todo hay un niño, pequeño, necesitado de atención, de cuidados, de amor: ese niño es Jesús, ese niño es Dios mismo que ha querido venir a la tierra para mostrarnos cuánto nos quiere, es Dios que se ha hecho como vosotros niños para deciros que siempre está cerca y para decirnos a cada uno de nosotros que todo niño refleja su rostro”.
El Pontífice concluyó su intervención alentando “las diversas iniciativas de bien y de voluntariado, así como a las instituciones que cualifican el compromiso al servicio de la vida” del Policlínico Gemelli, en concreto el instituto Científico Internacional Pablo VI, que definió como “destinado a promover la procreación responsable”.