CARACAS, viernes, 4 septiembre 2009 (ZENIT.org).- En una rueda de prensa celebrada este jueves, en la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), con motivo de la restauración de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela, se presentaron los nuevos hallazgos relativos a la diminuta imagen, relacionada con la primera evangelización de esta tierra.
Según la tradición –informa la CEV en una nota enviada a ZENIT–, entre finales de 1651 y principios de 1652, una Bella Señora se apareció al cacique de la tribu Coromoto y a su esposa indicándoles: «Vayan a casa de los blancos, para que les echen el agua en la cabeza y así poder ir al cielo».
Después de atender la petición de tan hermosa Señora, los indios salieron de la selva y recibieron las sabias enseñanzas del Evangelio, recibiendo un buen número de ellos el sacramento del Bautismo.
Sin embargo, el cacique, al sentir que había perdido la libertad, decide huir nuevamente a la selva; en la madrugada del 08 de septiembre de 1652, la Bella Señora se aparece de nuevo al cacique junto a su esposa, su cuñada Isabel y el hijo de esta. Al verla le pide que le deje en paz, diciéndole que ya no la obedecerá. Se levanta para tomar el arco y matar a la Señora, pero ésta se aproxima a él para abrazarlo, cayéndosele así sus armas. Decide tomar por un brazo a la Señora para sacarla de su choza; en este momento ocurre el milagro: La Bella Señora desaparece, dejando en la mano de Cacique su diminuta imagen.
A partir de ese momento, comienza una gran historia de favores y milagros, devoción y renovación de la fe en esta tierra, de la mano de la Virgen de Coromoto. Hasta que en el año 1942 es exaltada con el título de Patrona de Venezuela.
La diminuta imagen mide 2,5 cm de alto por 2 cm de ancho. A través de los 357 años que han trascurrido desde su aparición, ha sido expuesta a diferentes factores que habían producido su deterioro.
Por este motivo los miembros de la Fundación María Camino a Jesús, con sede en Maracaibo, a partir de 2002 iniciaron una campaña para restaurar los daños que ocultaban gran parte de la imagen de la Virgen con el niño Jesús. Dicha Fundación se hizo cargo, junto a monseñor José Manuel Brito, rector del Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto, de impulsar el proyecto y contactar al grupo de expertos que participaron en el mismo, y también de conseguir los medios económicos para sufragar el proceso.
A principios de 2009, el obispo de Guanare José Sotero Valero Ruz, presentó el proyecto a la Conferencia Episcopal Venezolana, la cual después de recibir varios diagnósticos sobre el estado de la Reliquia, otorgó el permiso para proceder a la restauración.
Del 9 al 15 de marzo del año 2009, en un laboratorio instalado para este proceso, en la casa La Bella Señora, dentro de las inmediaciones del Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto, el equipo de trabajo compuesto por los restauradores Pablo Enrique González y Nancy Jiménez, acompañados por José Luis Matheus, director de la Fundación Zuliana y monseñor José Manuel Brito como custodios del proceso, se comenzaron los trabajos de conservación de la imagen; lográndose realizar con éxito y arrojando una serie de hallazgos que hasta el momento resultaban desconocidos.
A lo largo del proceso, se fueron descubriendo elementos desconocidos. El primer hecho que llamó la atención fue, que una vez analizadas las aguas empleadas en el tratamiento, el pH resultó ser neutro, hecho inexplicable.
Fue detectada la presencia de varios símbolos, los cuales según indagaciones del antropólogo Nemesio Montiel, son de origen indígena.
Por observación microscópica, se logró identificar en los ojos de la Virgen, de menos de 1 milímetro (aproximadamente 2 micras), la presencia del iris, hecho particularmente desconcertante pues se pensaba que los ojos de la imagen eran simples puntos.
Al profundizar en el estudio del ojo izquierdo de la Virgen, se pudo definir un ojo con las características de un ojo humano; se diferencia con claridad el orbe ocular, el conducto lacrimal, el iris y un pequeño punto de luz en el mismo.
Maximizando el punto de luz, se pudo observar que el mismo parece formar la imagen de una figura humana con características muy específicas.
La corona de la Virgen y el Niño son típicamente indígenas.
ÒLa restauración de la Sagrada Imagen de la Patrona de nuestra Patria, constituye un verdadero hito histórico, pues es la primera vez que la venerada imagen es sometida a un proceso como éste, que sin duda alguna contribuirá al afianzamiento y renovación de la fe de todos los venezolanos», afirma la CEV en la nota.
ÒEsta restauración mas allá de ser la expresión del resultado del esfuerzo de un equipo multidisciplinario, es un llamado a volver nuestras vidas a Dios, y vivir la invitación que la Virgen hizo a nuestros antepasados, cuando les invitó a reconciliarse y unirse como verdaderos hermanos en Dios, a pesar de que las culturas española e indígena, tenían visiones e intereses totalmente opuestos. Es un llamado a la fraternidad y a la aceptación del otro; es un signo de esperanza, de alegría y de fe. Es la comprobación de que a pesar de las dificultades, si nos unimos como verdaderos hermanos, es posible alcanzar resultados que deriven en bienestar para todos».
Y concluye exhortando a unirse en la oración: «Virgen Santa de Coromoto, patrona de Venezuela, renovad la Fe, en toda la extensión de nuestra patria. Amén».
Por Nieves San Martín