ROMA, viernes 26 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El cardenal Ennio Antonelli abrió este jueves por la mañana en Roma el congreso internacional promovido por el Consejo Pontificio de la Familia, que él preside, sobre el tema de la familia en el corazón de las acciones pastorales específicas, que se clausurará mañana sábado.
La vigilia por la vida del sábado por la noche en la Basílica de San Pedro, presidida por Benedicto XVI, será también la coronación del congreso.
“La familia cristiana -dijo el cardenal Antonelli- ha sido siempre la primera vía de transmisión de la fe y todavía hoy tiene grandes posibilidades de evangelización”.
El Consejo Pontificio recibió de los obispos de todo el mundo 187 relatos de experiencias pastorales y ha escogido 66, presentados a los doscientos participantes del congreso.
El cardenal Antonelli anunció que este proceso de reunir las experiencias para darlas a conocer a todos constituye “la inauguración oficial de un proceso permanente de comunicación de experiencias y de testimonios de pastoral familiar”.
Se desea, de hecho, “activar un proceso con continuidad en el tiempo” de compilación y puesta en circulación de estas experiencias, tras el necesario discernimiento para “inspirar y estimular nuevas experiencias”.
Según explicó el presidente del dicasterio, Benedicto XVI ha alentado este trabajo ya que las experiencias “hablan la lengua de los hechos y son más convincentes que las ideas”, porque “éstas no indican sólo lo que hay que hacer sino también lo que se puede hacer, con la ayuda de Dios”.
Familias de diferentes horizontes y movimientos eclesiales están aportando sus testimonios durante el congreso.
Pero el cardenal Antonelli no desea que se trate sólo de dar ejemplos de “buenos cristianos” sino también de indicar “el buen uso de la libertad humana” cuando “se acoge la gracia divina”. No se trata sólo del “amor cristiano” sino del “amor mismo de Cristo, acogido, aportado y manifestado a todos”.
Para el ejercicio de esta “responsabilidad” de las familias, el cardenal Antonelli recomienda una “pastoral de la verdad” centrada en “la importancia y la belleza del anuncio cristiano”, una pastoral de la “santidad”.
Hay que formar a las personas y comunidades, añade el cardenal Antonelli, para que no se contenten con “una vida mediocre, signo de una ética minimalista y de una religiosidad superficial”.
Se trata de una “pastoral de la misericordia”, hecha de apertura al diálogo, de la promoción del desarrollo integral de la persona humana, de los derechos humanos, de la familia, de la sociedad bien ordenada hasta la elaboración de formas concretas de compromiso social.
Por su parte, el prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el cardenal Antonio Cañizares Llovera, presidió la misa de apertura del congreso.
En su homilía, afirmó: “Sin la misa, al menos el domingo, no hay Iglesia, no hay familia cristiana, ‘pequeña Iglesia’, y no hay evangelización”.