CIUDAD DEL VATICANO, viernes 12 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- La exhortación apostólica postsinodal «Verbum Domini» llena un déficit creado en la vida del pueblo de Dios, que corre el riesgo de perder el entusiasmo promovido por el Concilio Vaticano II por la Palabra de Dios.
Padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, respnode a la pregunta sobre los motivos que han llevado a Benedicto XVI a escribir este documento tan amplio en el último editorial de «Octava Dies», semanario del Centro Televisivo Vaticano.
El padre Lombardi explica que «hace 45 años el Concilio había publicado la constitución ‘Dei Verbum’, que muchos consideran como el documento más importante del Concilio, porque subrayaba el manantial original de la vida y de la misión de la Iglesia».
«Ciertamente ha tenido un papel fundamental en la renovación conciliar», explica el portavoz, pero como ha subrayado monseñor Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, con el tiempo se notaba «un cierto descuido, una rutina», con las consecuencias de un «genérico espiritualismo o, por el contrario, de áridos tecnicismos por parte de los especialistas».
El padre Lombardi cita también la presentación que hizo de «Verbum Domini» el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, quien constató ante los periodistas que esta situación ha provocado «un déficit que hay que llenar en la vida espiritual del pueblo de Dios».
Y sin embargo, dice el sacerdote, «la Escritura es un libro de la fe, que nace de la fe del pueblo de Dios, y sólo puede ser entendido adecuadamente en la perspectiva de esta fe».
«El nuevo documento papal es tan amplio y rico que muchos lectores y comentaristas corren el riesgo de perderse en la riquísima multiplicidad de sus contenidos», reconoce.
El padre Lombardi recoge dos de las propuestas centrales del Papa: «leer e interpretar la Escritura con los métodos ofrecidos por la ciencia, pero a la luz de la fe, para encontrar la Palabra de Dios, Jesucristo; y vivir y practicar la escucha y el servicio de la Palabra en la vida cotidiana de la Iglesia para ayudar a los fieles y a toda la humanidad a encontrar a Dios a través de Jesucristo».
«Por este motivo, Benedicto XVI no sólo nos da otro gran documento para estudiar y asimilar: nos ofrece también ayuda y ejemplo».
El padre Lombardi explica que en unos meses el Papa publicará el segundo volumen de su libro «Jesús de Nazaret», en el que ofrece «un modelo de lectura e interpretación de la Escritura», además, con sus homilías ofrece a todos los sacerdotes un modelo de predicación basado siempre en la Palabra de Dios, pero que está armoniosamente llena de teología, espiritualidad, de referencia a las actualidad. Podemos esperar con su guía en el relanzamiento del grande movimiento buscado por el Concilio», concluye.