Según el sacerdote, nacido en Ghana, esta peregrinación, que en su primer día, como él constata ha respirado serenidad, es decisiva «porque llega en un momento en el que esta tierra está tratando de encontrar un modo de vivir en paz entre los diversos pueblos y el Papa llega de verdad como un peregrino de la paz».
«Él mismo ha definido esta peregrinación como una peregrinación de paz –añade–. Llega a llamar a todos los pueblos que creen en el único Dios a esta vocación que es innata de la identidad que Dios ha querido dar a los hombres para que podamos buscar la paz en Dios y en el respeto de los unos a los otros».
En este sentido, el hecho de que el Papa haya comenzado su peregrinación por Jordania, tierra importante tanto para el Antiguo como el Nuevo Testamento no es casualidad.
«El profeta Isaías nos presenta al Mesías como ‘ el príncipe de la paz’, el que va a traer la paz en la tierra. Y eso es lo que queremos realmente: la paz. La paz que buscamos es el ‘shalom» bíblico, no es sólo cuestión de dejar de luchar a nivel de guerras».
«Estamos buscando una paz más profunda: quiere decir que el hombre vive en armonía con Dios, consigo mismo y con el prójimo; esto es un don de Dios y hay que pedirlo en la oración, no lo podemos obtener sólo a través de las negociaciones políticas», aclara.
Al hacer un balance del primer día de esta peregrinación, que ha sido testigo de la calurosa recepción que Jordania ha ofrecido al Papa, el padre Atuire constata: «Este viaje ha iniciado muy bien, con mucha serenidad porque como siempre sucede antes de cualquier viaje del Papa hay muchos temores, hay muchas polémicas, que algunas personas quieren lanzar».
«Pero lo que hemos visto es que el Papa ha llegado realmente como un mensajero de paz, ha sido acogido por el pueblo, por los musulmanes, por el rey que es musulmán, por su familia».
«Y ha querido también comenzar su visita visitando a los pobres, los más marginados de la sociedad, y creo que esto ha dado un muy buen inicio a este viaje», concluye, refiriéndose al encuentro que ha mantenido en el centro para jóvenes discapacitados Nuestra Señora Reina de la Paz de Ammán.
Por Mercedes de la Torre