WASHINGTON, jueves 13 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- Una curiosa columna publicada por «Faith and Family» ofrece consejos a quienes sufren una especie de trauma postelectoral en Estados Unidos, pues no eran favorables a la elección de Barack Obama.
Se trata de algunas palabras «de consuelo o al menos de valor» presentados por la bloggera Rebecca Teti.
La escritora está casada desde hace quince años y tiene cuatro hijos. Natural de Washington se convirtió al catolicismo estudiando en la Universidad de Dallas, donde se graduó en Filosofía Política y Drama. Trabajó en numerosas actividades sin ánimo de lucro, incluyendo un lobby pro vida y fue directora del Centro para el Desarrollo Familiar en Bethesda. Ahora escribe en su casa de temas de matrimonio y familia.
«Si usted está preocupado por que el presidente electo Obama y el nuevo Congreso no sean ángeles: paz. Nuestra Constitución fue hecha por hombres no por ángeles», afirma Teti.
«Nuestro padres fundadores fueron clarividentes en su comprensión de la naturaleza humana y diseñaron nuestro sistema no tanto para alcanzar la Utopía (a este respecto su esfuerzo fue el polo opuesto de los fines de la Revolución Francesa) sino de sobrevivir e incluso prosperar cuando nosotros, la gente, hacemos juicios erróneos», añade.
Para saber más sobre el argumento recomienda un ensayo del estudioso David Forte, en el que constata que muchos de «nuestros presidentes fueron mediocres o peor, y sin embargo la República permanece».
Para quienes dicen que no respaldarán al presidente Obama, o que no creen en los llamamientos a la unidad nacional, aconseja que se pueden sustituir los calificativos de Obama «liberal» y «demócrata» por los que se atribuyen a cualquier persona o causa que «usted piensa que está llamado a oponerse a ella».
Hay buenas reglas sobre cómo pensar, argumentar y actuar políticamente «sin perder su perspectiva, su caridad, su paz y su alma».
Entre otros, pone este ejemplo: «Rece para que el presidente Obama adquiera grandeza en su cargo. Nuestra preocupación principal debe siempre ser el país al que amamos, no el éxito de un partido o una ideología».
Si a los lectores les preocupan las vidas inocentes en peligro, afirma, no es tiempo para lamentarse sino que «éste puede ser el año en el que usted adquiera una vida de oración más profunda. Sea más santo para que usted pueda irradiar a Cristo allí donde esté, no importa lo que haga».
La bloggera ofrece pistas de cómo actuar organizadamente para defender los valores cristianos.
http://www.faithandfamilylive.com/blog/happy_warriors/
Por Nieves San Martín