CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 19 junio 2008 (ZENIT.org).- El primer congreso mundial de radios católicas del mundo comenzó este jueves con una intervención del arzobispo Angelo Amato, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en la que se ha referido al medio radiofónico como «púlpito moderno» y presentó el micrófono como el «ambón» del siglo XXI.
Monseñor Amato, salesiano, reconoce que a pesar del gran uso de la televisión, «la radio conserva aún toda su fuerza y su utilidad».
Para el secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, «Jesús se presenta como un gran maestro de comunicación de la palabra» y allí donde otros fundadores de religiones dedicaron toa la vida para amaestrar a sus seguidores, Jesús necesitó solo tres años: «A Jesús le fueron suficientes tres años para educar a los discípulos no solo para escuchar sus palabras, sino sobretodo a vivir con Él y para Él».
La radio es un «moderno púlpito de la Palabra de Dios», según el arzobispo italiano. Escuchar la Palabra de Dios, no sólo en la asamblea litúrgica y en la catequesis sino también en la cotidianidad de la vida a través de la radio es una «forma de comunicación privilegiada de la Palabra».
«La ventaja de la radio viene dado por el espacio de libertad que deja al que escucha, que viene capturado no tanto por la obligación de la escucha como por la fascinación de la palabra», ha explicado en el congreso organizado por el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales.
La comunicación tendría que ser «clara, hecha con profesionalidad y con el testimonio de una existencia coherente con el mensaje evangélico» .
Para monseñor Amato, en cierto modo la palabra que se escucha hace «ver» la realidad, en el sentido que «la evoca, interpelando a la inteligencia, suscitando emociones, provocando o también confirmando la fe en la palabra de Dios».
«El micrófono de una radio católica puede ser considerado como la versión moderna del ambón», un ambón que no está en el centro de una grande basílica sino en el centro de una comunidad humana a la que llega.
«Se trata de una auténtica y propia espiritualidad de la escucha» a la que debería corresponder una «espiritualidad de la comunicación», alienta el secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Después de su intervención, el arzobispo Angelo Amato clarificó que «este servicio a la Palabra quiere decir también edificar a los oyentes mediante indicaciones del Magisterio de la Iglesia, sobretodo de la Palabra del Papa».
Es importante que se dé un «pluralismo de programas» y subrayó cómo en la agenda de comunicación este pluralismo tiene que ser «armonioso» y no estar en «contraposición».
Así, dijo a Zenit, es una tarea importante de la radio que «este pluralismo católico» motive «continuamente» la «propia experiencia de fe ante los retos de cultura contemporánea», especialmente ante «el desafío del aborto, del divorcio, de la biotecnología, de la biopolítica con las intervenciones gubernamentales que no parecen adecuadas sobre el hombre y el respeto de la humanidad».
Por Miriam Díez i Bosch
