CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 2 junio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha anunciado este lunes una exposición pública en la primavera de 2010 de la Sábana Santa, el sudario en el que según la tradición fue envuelto el cuerpo de Cristo tras la crucifixión.
Las dos exposiciones precedentes habían tenido lugar en 1998 y en 2000, por indicación de Juan Pablo II.
El mismo Papa hizo el anuncio al recibir a un grupo de peregrinos de la archidiócesis de Turín, asegurando que «será una ocasión sumamente propicia –estoy seguro– para contemplar ese misterioso rostro, que silenciosamente habla al corazón de los hombres, invitándoles a reconocer en él el rostro de Dios».
Y añadió: «Si el Señor me da vida y salud, espero ir yo también» a visitarla.
Escucharon el anuncio en el Aula Pablo VI del Vaticano 7.000 fieles turineses, acompañados por su arzobispo, el cardenal Severino Poletto.
El sudario de Turín es un lienzo de lino rectangular, de 436 cm de largo y 110cm. de ancho. Sobre un mismo lado de la tela están impresas las huellas frontales y dorsales de un hombre muerto después de haber sido crucificado.
Su carácter científico comenzó a ser estudiado a partir de 1898, cuando un fotógrafo turinés constató que el negativo de las imágenes representan el cuerpo y la cara de un hombre crucificado según contaban los Evangelios.
En 1989 fue sometida a la prueba del carbono 14, estableciéndose que era un tejido de entre 1260 y 1390. Expertos de prestigio científico reconocido han criticado aquellos exámenes por considerar que no tuvieron el rigor necesario.
Al visitar la Sábana Santa en la catedral de Turuín, el 24 de mayo de 1998, Juan Pablo II explicó que el lienzo constituye un «reto a la inteligencia» por la extraordinaria crónica visual que ofrece de la pasión de Cristo.
«Dado que no se trata de una materia de fe, la Iglesia no tiene competencia específica para pronunciarse sobre esas cuestiones. Encomienda a los científicos la tarea de continuar investigando para encontrar respuestas adecuadas a los interrogantes relacionados con este lienzo que, según la tradición, envolvió el cuerpo de nuestro Redentor cuando fue depuesto de la cruz», dijo el fallecido Papa en esa ocasión (Cf. Juan Pablo II, 24 de mayo de 1998).