La oración «elevarse hacia lo invisible, hacia la verdadera realidad», afirma el Papa

Al agradecer al cardenal Biffi la predicación de los ejercicios espirituales

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 4 marzo 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI dio gracias públicamente al cardenal Giacomo Biffi por haberle ayudado a él y a sus colaboradores de la Curia romana con los ejercicios espirituales a elevarse «hacia lo invisible, hacia la verdadera realidad».

El Papa dirigió estas palabras al arzobispo emérito de Bolonia en la mañana de este sábado tras la meditación final que el purpurado dirigió en la mañana del sábado 3 de marzo en la capilla «Redemptoris Mater», in Vaticano.

«En la santa misa, antes de la oración eucarística, cada día respondemos a la invitación “levantemos el corazón” con las palabras: “lo tenemos levantado hacia el Señor”», comenzó recordando el Papa al pronunciar su agradecimiento.

«Y temo que esta respuesta sea con frecuencia más un rito que existencial», reconoció.

«Pero usted nos ha enseñado realmente en esta semana a levantar nuestro corazón, a elevarnos hacia lo invisible, hacia la verdadera realidad», dijo.

De este modo, aclaró, «nos ha dado también la clave para responder cada día a los desafíos de esta realidad», afirmó.

«Las cosas de lo alto» ha sido precisamente el tema de los ejercicios espirituales del 25 de febrero al 3 de marzo, días en los que el Papa suspendió las audiencias y actos públicos.

El Santo Padre dejó espacio a las confidencias en sus palabras de agradecimiento.

«Durante su primera conferencia me di cuenta que en mi reclinatorio está grabado un Cristo resucitado, rodeado de ángeles que vuelan», reconoció.

«He pensado que estos ángeles pueden volar porque no se encuentran bajo la gravitación de las cosas materiales de la tierra, sino en la gravitación del amor del Resucitado; y que podríamos volar si nos saliéramos algo de la gravitación de los material y entráramos en la nueva gravitación del Resucitado».

«Usted nos ha ayudado realmente a salir de esta gravitación de las cosas de cada día y a entrar en la gravitación del Resucitado y, de este modo, elevarnos. Por este motivo la decimos: “gracias”», afirmó el Papa.

Agradeció también al cardenal Biffi «su humorismo», por el que es famoso en Italia, y «por su carácter concreto».

En este sentido, el Papa constató con una sonrisa que en ocasiones el cardenal recurrió a «la teología algo atrevida de la señora que cuida su casa: no me atrevería a someter estas palabras “el Señor quizá tiene sus defectos” al juicio de la Congregación para la Doctrina de la Fe».

«Pero en todo caso hemos aprendido y sus pensamientos, señor cardenal, nos acompañarán no sólo en las próximas semanas», concluyó el obispo de Roma.

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ZENIT Staff

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