La novedad la dio el franciscano Fray Jorge Martínez, vicepostulador de la Causa de Esquiú, quien dijo a la agencia católica argentina AICA que el 17 de octubre, en la Congregación vaticana para las Causas de los Santos, la Comisión de Cardenales y Obispos reconoció oficialmente que el franciscano que fue obispo de Córdoba y «orador» de la Constitución argentina ejerció las virtudes cristianas en forma heroica.
Resta ahora esperar el decreto de aprobación del milagro obrado por su intercesión, que, según trascendido, podría tener lugar antes de Navidad.
Una comisión de cardenales y obispos aprobó, ayer, la «heroicidad de las virtudes» de Fray Mamerto Esquiú, último paso antes de la consideración de un milagro operado por intercesión del Siervo de Dios, para pedir su beatificación.
El padre Martínez declaró que representa un paso muy importante en el proceso de beatificación, un paso que se da después de la aprobación de dicha heroicidad por parte de los peritos históricos en noviembre de 2004, y luego la aprobación de los peritos teólogos en febrero de 2006.
Tras describir a Esquiú como «franciscano obispo de Córdoba, fiel hijo de la provincia de Catamarca, humilde obispo dado a los pobres y a la evangelización, en tiempos difíciles de guerras internas y desunión de los argentinos, y para muchos el inspirado ‘orador de la Constitución’», el padre Martínez consideró que «se ha dado un paso muy importante en el progreso de la causa de beatificación que gestiona esta vicepostulación».
El milagro propuesto al análisis de la Congregación vaticana se habría dado en 1997, en la localidad de San Antonio, departamento Esquiú, provincia de Catamarca.
Se trata de la curación de una trombosis de retina que le produjo la ceguera, sin posibilidad de medicación ni de cura. El beneficiario, cuyo nombre por el momento se mantiene en reserva, ante el diagnóstico negativo de los especialistas de Catamarca y luego también de los de Córdoba, recurrió a la intercesión del Siervo de Dios Fray Mamerto Esquiú y a los tres días recobró la vista como antes la poseía.
«Las perspectivas de beatificación -dijo a AICA el padre Martínez- son alentadoras, pues todo el proceso, que con numerosos altibajos duró más de 86 años, ya está prácticamente concluido. Ahora solo falta el decreto de aprobación del hecho del milagro y pasará a ser ‘Venerable’, en espera del decreto pontificio que apruebe su beatificación».
