La laicidad, según el presidente de Uruguay

Tabaré Vázquez interviene en la Semana Nacional de Doctrina Social de la Iglesia

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MONTEVIDEO, martes, 29 agosto 2006 (ZENIT.org).- El Presidente de Uruguay Tabaré Vázquez confirmó este lunes «el estricto respeto de este Gobierno Nacional al estado laico» y se mostró abierto a un debate sobre la cuestión al intervenir en la Semana Nacional de la Doctrina Social de la Iglesia.

Según el mandatario, la laicidad es el «marco de convivencia democrática» y consideró que la discusión «más que situarse en términos de religiosidad o no religiosidad; de clericalismo o anticlericalismo; tendría que ubicarse en el plano de la ciudadanía como fundamento para la construcción democrática de la Nación».

Según explica la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal de Uruguay, el presidente de la República intervino sobre el «Concepto Auténtico de la Laicidad», en el panel organizado con motivo de la Semana Nacional por el Departamento Pastoral Social de la Conferencia Episcopal del Uruguay y el Centro de Estudio y Difusión de la Doctrina Social-Cristiana (CEDIDOSC), en la Sala Azul de la comuna capitalina.

En la mesa tomaron también la palabra: la Presidenta de CEDIDOSC, Mireya Matonte; la doctora Susana Montreal; Carlos Maggi; el experto en doctrina social mexicano Víctor Chávez y el Secretario General de la Conferencia Episcopal de la CEU, Monseñor Luis del Castillo.

El Primer Mandatario analizó detalladamente los términos laicidad, laicismo y laico «que si bien son parecidos no son iguales», y recordó que el 14 de julio del pasado año al visitar la Sede de la gran logia de la Masonería del Uruguay había manifestado que presentó la laicidad «como un marco de relación en el cual los ciudadanos podemos entendernos desde la diversidad, desde la diversidad, pero en igualdad».

«Consecuentemente entonces con lo anterior, creo que la laicidad es un espacio de encuentro sobre bases de libertad, tolerancia e igualdad; espacio en el que hay creyentes, cualquiera sea la religión que profesan, agnósticos y ateos», afirmó.

La laicidad, según el presidente Vázquez, implica «una actitud de reconocer en el otro a un semejante; de respetarnos mutuamente y de respetar todos las mismas reglas; de asumir que no hay igualdad sin pluralidad, y de comprometerse para que todos y cada uno tengan la oportunidad de construir su propia vida y coadyuvar al bien común, en libertad y con razón».

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ZENIT Staff

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