Por el interés que reviste la opinión de la Iglesia católica en este asunto, reproducimos a continuación la versión íntegra del documento en el cual pide a los candidatos de los partidos políticos mexicanos que presenten planes concretos para regularizar en México la situación de miles de trabajadores que cada año salen del país a buscar el empleo que aquí no pudieron encontrar
COMUNICADO SOBRE ACUERDOS MIGRATORIOS ENTRE ESTADOS UNIDOS Y MÉXICO
Estamos viviendo un momento clave para miles de mexicanos que se encuentran indocumentados en Estados Unidos, ya que el reconocimiento de sus derechos y su dignidad depende en buena parte de las medidas que el Senado de Estados Unidos apruebe en estos días.
Intentar detener la migración con distintos tipos de «barreras» es imposible, es necesario dialogar y buscar soluciones de fondo; tomando conciencia de la contribución específica que la migración puede ofrecer a la paz mundial.
Los Estados Unidos han reconocido en la práctica que requieren de la mano de obra mexicana para el mantenimiento de una economía sana. Por tanto, deben hacer un esfuerzo especial por instrumentar vías legales para que los trabajadores mexicanos encuentren en ese país empleos que les proporcionen una vida digna a través de un salario digno, junto con las prestaciones y protecciones laborales justas.
Junto con los obispos de Estados Unidos, exigimos una reforma incluyente, justa y razonable donde siempre se reconozca que se trata de leyes que afectan a seres humanos.
Es causa de alegría el constatar que tantas organizaciones religiosas y civiles, han contribuido en gran manera a que el pueblo estadounidense tome conciencia de esta realidad. Una lección positiva ha sido que grupos políticos, sindicatos, académicos y profesionistas de todas las ideologías, se están uniendo para buscar soluciones de fondo a éste fenómeno. Queremos que la Iglesia católica siga siendo una fuente de esperanza real para un respetuoso y serio diálogo.
Regular los flujos migratorios entre países es un proceso. No podemos perder de vista nuestra responsabilidad por sacar adelante las reformas estructurales para que los mexicanos encuentren en nuestro país las condiciones básicas para vivir dignamente en cualquier profesión que elijan.
Dentro del proceso electoral que vivimos, nuestros candidatos deben presentar planes concretos a corto, mediano y largo plazo para paliar esta situación y no limitarse al señalamiento del problema.
Como Pastores, requerimos la cooperación de todos para buscar en conjunto formas de solucionarla, contribuyendo con nuestra participación y nuestro esfuerzo, para que se reconozcan los derechos y se haga justicia a nuestros hermanos que buscan con todo derecho desarrollar su vida.
Por los obispos de México,
+ José Guadalupe Martín Rábago
Obispo de León
Presidente de la CEM
+ Carlos Aguiar Retes
Obispo de Texcoco
Secretario General de la CEM
