ROMA, martes, 7 marzo 2006 (ZENIT.org).- Tras la publicación de la encíclica «Deus caritas est», Zenit ha entrevistado a Denis Viénot, nuevo presidente de Caritas Internationalis.
Caritas es una confederación de 162 organizaciones católicas de asistencia, desarrollo y servicio social que trabaja en 200 países y territorios.
Viénot, es el primer laico en la historia de «Cáritas Internationalis» que preside esta institución. Fue elegido en mayo de 2005.
–La primera encíclica del papa Benedicto XVI lleva por nombre «Deus caritas est». ¿Tendrá consecuencias concretas para «Caritas Internationalis»?
–Denis Viénot: La reafirmación del Papa del lugar de la dimensión caritativa en la misión de la Iglesia es una fuente de renovada motivación para «Caritas Internationalis» y sus miembros.
Su insistencia en la necesaria organización de la caridad a nivel parroquial, diocesano, de países y también a nivel internacional nos alienta en un espíritu de eficacia y de creatividad, integrando las necesidades de agentes asalariados y de voluntarios competentes y motivados por el amor al prójimo.
–La palabra «caridad» es para muchos sinónimos de «dar dinero a los pobres». ¿No cree que se trata de una visión demasiado miope del concepto cristiano de caridad?
–Denis Viénot: La caridad es como dice el Papa «social», tanto a nivel de la persona como de los grupos sociales. Es global, como dijo Pablo VI en la encíclica Populorum Progressio, pues se dirige a «toda la persona».
Ciertas desviaciones demasiado asistencialistas del pasado y desgraciadamente todavía actuales siguen persistiendo. Ciertamente la urgencia inmediata es a menudo necesaria pero se tiene que organizar con una duración limitada de manera que desemboque en la puesta en acción de los talentos de los beneficiarios.
–El Papa subraya en la encíclica que Dios ama en particular a los pobres, débiles y marginados. ¿Cómo viven ustedes este aspecto?
–Denis Viénot: La acción de Caritas concierne a servicios para personas necesitadas, poblaciones excluidas y marginadas. Las comunidades cristianas y los agentes de Caritas tienen que pensar en la interacción con los pobres para formar comunidades inclusivas y renovadas que caminen hacia una mayor caridad, justicia y solidaridad. La relación es el corazón de este desafío. No hay pobres buenos y pobres malos, inmigrantes buenos e inmigrantes malos. La caridad camina de la mano con la Palabra de Dios y con su celebración.
–Según su opinión, ¿qué es lo que todavía falta a los cristianos que ya ofrecen ayuda a los necesitados?
–Denis Viénot: Darse cuenta de que se encuentran con el mismo Dios (cf. Mateo 25). Esto da miedo, nos hace ser humildes, nos supera. Es importante que sigan con esto y que desarrollen estas relaciones. Es importante que continúen y sobre todo que desarrollen relaciones.
–La encíclica fue presentada por el Papa al concluirse un congreso sobre la caridad en el Vaticano, convocado por el Consejo Pontificio «Cor Unum». ¿Qué desafíos ha planteado?
–Denis Viénot: Este congreso quería afrontar sobretodo la cooperación entre organismos e instituciones. En la variedad de proyectos esta cooperación es indispensable y vital. Cada uno actúa según sus motivaciones, medios y competencias.
–Denis Viénot: El desafío actual consiste en desarrollar estos intercambios con las organizaciones internacionales, con la sociedad civil, con los miembros de la Iglesia católica, con las demás Iglesias y religiones y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad.