Un mensaje enviado a Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) revela que para conmemorar la ocasión, el párroco, el padre Abud Maher, organizó una hora de oración por la reconciliación y el perdón en Maghar el 10 de febrero.
Además, el padre Maher invitó a todos sus feligreses a encender y colocar velas en las ventanas de sus casas en dicha fecha, como signo visible «de perdón y de un nuevo inicio de la vida desde la reconciliación».
Pese a que el alcalde de Maghar intentó disuadir al sacerdote de organizar la campaña de oración, alegando que no podrá proteger a los participantes de posibles ataques, el padre Maher se mantuvo firme en su propósito. «Aunque me cueste la vida», aseguró.
Maghar es una localidad de 20.000 habitantes ubicada a 15 kilómetros del lago Tiberíades y a 40 kilómetros de Nazaret. Más de la mitad de la población son drusos, los musulmanes representan un 20 por ciento y los católicos melquitas, un 22 por ciento.
Hace un año, se encendió la mecha de la violencia a raíz de un falso rumor, según el cual un estudiante cristiano había publicado fotos de chicas drusas desnudas en Internet. Jóvenes drusos causaron durante dos días disturbios en el barrio cristiano, mientras la policía israelí no hizo nada por proteger a los cristianos hasta que un llamamiento del nuncio apostólico, el arzobispo Pietro Sambi, la obligó a reestablecer el control sobre la localidad.
Según el padre Maher, la violencia provocó «que siete personas quedaran heridas –dos por armas de fuego– y 70 tiendas y viviendas saqueadas e incendiadas».
Además, «la fachada de la iglesia quedó dañada por las piedras, 155 coches fueron incendiados y 2.000 cristianos huyeron a los pueblos vecinos».
En su detallado informe sobre la racia, el padre Maher añade: «Este ataque bien planificado duró varios días, y la semilla de la destrucción fue sembrada en todo el barrio cristiano y sus casas; los cristianos fueron víctimas de una terrible humillación».
«Las imágenes de odio y miedo perseguirán a nuestros hijos hasta el fin de sus vidas, las imágenes de los que huyeron para salvar sus vidas permanecerán indelebles en nuestra memoria, los incidentes de Maghar nunca serán olvidados; fueron un ataque fruto de un odio sin fundamento contra los indefensos y un descuido de la policía», indicó.
Hasta el día de hoy, ninguno de los atacantes ha sido arrestado y a las víctimas no se les ha concedido ninguna compensación por los daños que les han infligido.
Marie-Ange Siebrecht, responsable de la Sección de Oriente Medio de Ayuda a la Iglesia Necesitada, ha declarado: «Es nuestra obligación protestar contra la discriminación de estos cristianos. Apelamos a la gente de buena voluntad para que se una a la parroquia de Maghar en su oración y en el esfuerzo por alcanzar la reconciliación».