CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 12 febrero 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha manifestado públicamente el deseo de que los Juegos Olímpicos de Invierno, que el 10 de febrero se inauguraron en Turín, den un impulso a «la paz entre los pueblos».
El pontífice, que precedentemente con este motivo ya ha enviado un mensaje, saludó tras rezar el Ángelus este domingo «a los organizadores, a los responsables del Comité Olímpico Internacional y a todo los atletas venidos de todas las partes del mundo».
«Deseo que esta bella competición deportiva se caracterice por los valores olímpicos de la lealtad, de la alegría y de la fraternidad, ofreciendo así una contribución a la paz entre los pueblos», confesó.
La Iglesia católica en Italia está regalando a todos los participantes en las Olimpiadas el Evangelio de san Marcos y las tres diócesis en las que tienen lugar las competiciones deportivas (Turín, Pinerolo y Susa) han abierto de par en par sus Iglesias par permitir la participación en la misa o simples visitas a algunas joyas del arte de todos los tiempos.
Entre estas actividades, destaca la iniciativa «De corazón a corazón», momentos de adoración de Jesús en la Eucaristía en los que pueden participar los atletas y el público.