CIUDAD DEL VATICANO, 24 abril 2002 (ZENIT.org).- La «Dominus Iesus», la «Declaración» sobre el carácter único y universal de la salvación de Jesús y su Iglesia, es uno de los documentos de la Santa Sede que han suscitado mayor atención y debate en los últimos años. La Librería Editorial Vaticano publica ahora un libro profundizar en su significado.
El volumen «Declaración «Dominus Iesus» – Documentos y estudios», que por el momento aparece en italiano, afronta este objetivo reproponiendo el texto integral de la declaración, así como una serie de artículos.
El libro se abre con una introducción de la Congregación para la Doctrina de la Fe, organismo vaticano que publicó la «Declaración»; un prólogo de su prefecto, el cardenal Joseph Ratzinger, sobre el contexto y el significado de la «Dominus Iesus»; y una presentación del «género literario y grado de autoridad», firmada por el secretario de dicha congregación, el arzobispo Tarsicio Bertone.
Tras artículos de prestigiosos teólogos, cierra el libro la Notificación de la Congregación a propósito del libro de Jacques Dupuis «Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso», acompañada de un comentario publicado en «L´Osservatore Romano», diario de la Santa Sede.
La relevancia doctrinal y la importancia eclesial de la «Declaración», explica la introducción, «son ciertamente indiscutibles, no sólo por los contenidos tratados, que constituyen el núcleo principal de la fe católica», sino también por su importancia en el debate teológico actual.
«Hay lamentablemente presentes y difundidas ideas y opiniones erróneas o confusas acerca de la doctrina sobre el carácter único y universal del acontecimiento salvífico de Jesucristo, sobre la unidad e indivisibilidad de la Iglesia, que tienden a relativizar la revelación de Cristo», explica el texto.
De este modo, añade, surge la tentación de «redimensionar la necesidad de la Iglesia de Cristo como sacramento universal de salvación y de considerar la unidad de la Iglesia, no como una realidad ya existente, sino sólo como una meta a alcanzar en el futuro».
La Declaración y la Notificación que la Congregación vaticana publicó sobre las tesis del padre Dupuis, por tanto, «no son concebidas para bloquear la sana investigación teológica, ni mucho menos para debilitar y redimensionar el diálogo ecuménico e interreligioso».
«Más bien marcan una aportación de valor magisterial para que la identidad de la doctrina católica y de la vida cristiana sea cada vez mejor percibida y acogida por todos los fieles católicos, como base permanente e insustituible de todo auténtico y genuino diálogo», explica la introducción al volumen.
La teología del relativismo religioso y la cultura del relativismo están teniendo muchas consecuencias, constata. La principal «es el sustancial rechazo de la identificación de la individual figura histórica, Jesús de Nazaret, con la realidad misma de Dios, del Dios viviente», explica por su parte el cardenal Ratzinger.
Otras consecuencias de esta visión relativista del acontecimiento cristiano son la «idea errada» de que «las religiones del mundo sean complementarias a la revelación cristiana», la no necesidad absoluta de la Iglesia, de sus dogmas y sacramentos, la transformación del diálogo (ecuménico e interreligioso) en «ideología del diálogo», que «sustituye a la misión y a la urgencia del llamamiento a la conversión».
Entre los artículos de teólogos contenidos en el volumen cabe destacar la intervención sobre los contenidos cristológicos y eclesiológicos de la Declaración de Angelo Amato y Fernando Ocariz, respectivamente.
La «Plenitud y el carácter definitivo de la revelación de Jesucristo» son tratados por el obispo Rino Fisichella. «El Logos encarnado y el Espíritu Santo en la obra de la salvación» es el título del artículo de Luis Ladaria.
Donato Valentini explica la cuestión de «La unicidad y unidad de la Iglesia», Nicola Bux afronta «Verdad, Iglesia y Salvación», y Mariasusai Dhavamony profundiza en «La Iglesia y las religiones en relación a la salvación».