El papa Francisco ha aceptado el Premio Carlomagno de la Ciudad de Aquisgran, concedido por esta ciudad de Alemania a personalidades que han tenido particulares méritos en favor de la integración y unión en Europa.
Lo indicó este miércoles el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, en una rueda de prensa, indicando que el Papa ha hecho una excepción al recibirlo, «porque quiere transmitirlo a Europa que hoy pasa por un momento de dificultad».
El Premio Carlomagno que en el 2004 fue concedido también Juan Pablo II, existe desde 1988 y se llama 'Internationaler Karlspreis zu Aachen'. Las motivaciones, precisó el portavoz, coinciden las del discurso que el Papa hizo el 25 de noviembre de 2014 ante el Parlamento Europeo.
En dicha ocasión el Santo Padre invitó a los eurodputados a «construir juntos una Europa que no gire en torno a la economía, sino a la sacralidad de la persona humana, de los valores inalienables; la Europa que abrace con valentía su pasado, y mire con confianza su futuro para vivir plenamente y con esperanza su presente».
«Ha llegado el momento –subrayó el Papa en la sede de Estrasburgo– de abandonar la idea de una Europa atemorizada y replegada sobre sí misma, para suscitar y promover una Europa protagonista, transmisora de ciencia, arte, música, valores humanos y también de fe. La Europa que contempla el cielo y persigue ideales; la Europa que mira, defiende y tutela al hombre; la Europa que camina sobre la tierra segura y firme, precioso punto de referencia para toda la humanidad».