El Cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de la India (CBCI) ha manifestado su consentimiento para iniciar la causa de beatificación de los mártires de “Kandhamal”, los fieles asesinados en Orissa en 2008, durante la feroz campaña de masacres contra los cristianos llevada a cabo por extremistas hindúes, en la que murieron 90 fieles y más de 56 mil se vieron desplazados, en un verdadero proceso de “limpieza étnica de cristianos” en el distrito.
En una entrevista a la Agencia Fides, el Cardenal comenta: “He hablado con el Prefecto de la Congregación Pontificia para las Causas de los Mártires en Roma. Estoy dispuesto a hablar personalmente de la violencia consumada en Kandhamal y de sus mártires con el Papa Francisco”.
El cardenal ha dicho que ha hablado con monseñor John Barwa, Arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar, en Orissa que tiene la responsabilidad territorial: “La Iglesia es sensible a los mártires modernos de hoy en día.
El papel de los nuevos testigos es muy importante. Para un proceso de beatificación se necesita un trabajo paciente y la documentación adecuada y tempestiva”, ha añadido en la entrevista con la Agencia Fides.
El Cardenal se reunió con Kanak Rekha Nayak, esposa de Parikhit Nayak, uno de los mártires de Kandhamal durante el Congreso Eucarístico Nacional que se celebró en Mumbai el pasado mes de noviembre. En esa ocasión, el cardenal expresó la esperanza de que la Iglesia en la India pueda promover la causa del martirio de los fieles asesinados en Kandhamal.
Los obispos de Orissa podrían pedir a la CBCI que se ocupe del caso de los mártires y que se encargue de la organización de la fase diocesana del proceso. La Conferencia Episcopal de la India discutirá la cuestión en su reunión del próximo mes de marzo.
El 13 de febrero de 2015 los aldeanos cristianos de Tiangia (Orissa) han construido el primer monumento en honor de los siete mártires, víctimas de las milicias anticristianas de Kandhamal, informó Asia News.
Los pogromos quemaron 5.600 viviendas en 415 aldeas. Según cifras del gobierno los muertos confirmados son 38; dos las mujeres violadas; muchas personas con mutilaciones y daños permanentes. Sin embargo, los números de la Iglesia y otros activistas sociales son casi 300 iglesias destruidas, además de conventos, escuelas, albergues e instituciones de asistencia social. Al menos 91 víctimas, 38 murieron en el lugar, 41 por lesiones sufridas en la violencia, 12 en acciones de la policía.