BOGOTÁ, 3 julio 2002 (ZENIT.org).- El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, el cardenal Pedro Rubiano Sáenz, ha lanzado un llamado a la esperanza y la reconciliación, en medio de la oleada de violencia que afronta el país.
Es la tercera vez que el arzobispo de Bogotá es elegido para el cargo. Al dar la noticia, el obispo Héctor Gutiérrez, actuando como portavoz de la Conferencia, reveló que los 75 obispos del país le han pedido que «constituya con el próximo presidente de Colombia, Álvaro Uribe, un equipo que promueva un justo proceso de paz».
En una entrevista concedida a la nueva agencia de noticias del Consejo Episcopal Latinoamericano, Noticelam, el purpurado explica que «El país no puede sumirse en el pesimismo y la desesperanza. Tenemos que salir adelante con la ayuda del Señor».
El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal invita asimismo a los obispos y sacerdotes de Colombia a trabajar «para que la comunión, que para nosotros tiene un especial significado a partir de nuestra propia espiritualidad, sea una realidad en el país».
Asimismo, el purpurado propone a los católicos del país «liderar desde la fe todo un movimiento de reconciliación nacional».
Ante los asesinatos de un arzobispo y cinco sacerdotes que se han dado en el último año en Colombia, el cardenal Rubiano invita a los hombres de Iglesia a permanecer fieles a su vocación. «Como dice el Papa –explica–: cuando uno está en la cruz no debe bajar de ella. Hay que mantenerse allí firmes, que el Señor no nos abandona».
Monseñor Rubiano se destacó hace ocho años como un duro crítico del entonces presidente colombiano, Ernesto Samper (1994-98), acusado por la Fiscalía de haber recibido millonarios fondos de los narcotraficantes para financiar la campaña electoral que lo llevó al poder.
El nuevo vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia es monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, arzobispo de Tunja; y el nuevo secretario general, monseñor Fabián Marulanda López, obispo de Florencia, en el selvático y conflictivo departamento de Caquetá (sur).
El cardenal Rubiano sucede en la presidencia de la Conferencia Episcopal al arzobispo de Medellín, monseñor Alberto Giraldo, quien en estos años ha promovido el diálogo entre el Gobierno y la guerrilla para encontrar una salida negociada al conflicto.