MANILA, 22 agosto 2002 (ZENIT.org).- Guerrilleros musulmanes de Filipinas decapitaron a dos predicadores Testigos de Jehová tres semanas después de que las tropas estadounidenses abandonaran el sur de Filipinas.
Representantes de la Policía revelaron que las cabezas de los dos predicadores fueron encontradas envueltas en plástico en un mercado de la localidad de Patikul, en la sureña isla de Jolo, dos días después que guerrilleros del grupo Abu Sayyaf los secuestraran junto a otros seis rehenes.
«Esto es lo que sucederá a aquellos que no crean en Alá», indicaba una nota encontrada cerca de las cabezas de los predicadores.
El ejército ha reaccionado atacando con cañones y cohetes las presuntas guaridas de los rebeldes cerca de Patikul.
El macabro asesinato tiene lugar después de que, en los últimos meses, el Ejército filipino, que desde enero pasado contaba con la ayuda de casi 2.000 soldados estadounidenses, asegurase haber infligido duros golpes en la lucha contra Abu Sayyaf.
El más importante fue la desaparición, el pasado mes de junio, de uno de los cabecillas del grupo, Abu Sabaya, quien se perdió en las profundidades del mar durante un enfrentamiento armado con el Ejército filipino, aunque su cuerpo nunca se encontró.
Los analistas políticos consideran que esta última acción de Abu Sayyaf pude ofrecer argumentos para el regreso de las tropas estadounidenses a Filipinas. Los ejercicios militares antiterroristas entre los ejércitos de Filipinas y Estados Unidos concluyeron el pasado 31 de julio, pero ambos países están de acuerdo en que se reanuden el próximo octubre.
Vinculado o no a Al Qaida (Washington está convencido de que este grupo está relacionado con la red terrorista de Osama bin Laden), Abu Sayyaf es el grupo guerrillero más temido de cuantos operan en el sur de Filipinas.
Desde su creación, en 1991, la historia de Abu Sayyaf se ha escrito con la sangre de sus víctimas, entre ellos turistas y religiosos, aunque los más afortunados escaparon de sus garras tras pagar jugosos rescates, que han permitido a este grupo disponer de una infraestructura incluso más sofisticada que la del propio Ejército.
Su fundador, Abdurajak Abudakar Janjalani, quien recibió entrenamiento militar en Libia y luchó en la guerra de Afganistán de los años ochenta, murió en 1998 a manos de las fuerzas de seguridad, y desde entonces el grupo cuenta con varios líderes.
Las filas de Abu Sayyaf están compuestas por extremistas islámicos y algunos de ellos son ex miembros descontentos del Frente Moro de Liberación Nacional, que rechazaron la paz que este grupo suscribió con el Gobierno filipino en 1996.
Su objetivo es la independencia de la isla de Basilán, su feudo histórico, y vecina de Joló.