ROMA, 22 agosto 2002 (ZENIT.org).- Monseñor Luigi Giussani, fundador del movimiento Comunión y Liberación, considera que en menos de un siglo cristianos y judíos podrían ser una sola cosa.
El sacerdote italiano, conocido en todo el mundo por sus libros de teología y espiritualidad, ha confiado su opinión en declaraciones publicadas este jueves por el diario italiano «Libero».
Para explicar su afirmación, Giussani considera que el gran desafío del hombre contemporáneo, en el escenario actual marcado por la guerra y la violencia, consiste en comprender «la identificación entre el Ser y el Amor».
«Este es el gran partido que puede decidir de una manera u otra el porvenir –añade–. Me conmuevo al saber que en Kazakistán, a pocos kilómetros de la guerra en Afganistán, hay cristianos, amigos míos, que reconocen este Misterio-Caridad. Es lo que buscan los pobres, independientemente de la confesión a la que adhieran por tradición o por opción».
Este es el mensaje que ha dejado el Papa en sus últimos viajes, añade Giussani. «Pero, ¿quién le escucha?», se pregunta.
«Sin amor, sin reconocimiento del Misterio vivificante, el individuo se apaga y muere», sigue diciendo. «La fe ya no es el principio que interpreta las cosas. Incluso fuera de la comunidad cristiana, ya no se percibe la esencia del camino religioso humano».
«Hemos llegado a la situación absurda que impide a hablar de Israel a quien da por descontado que este pueblo, que sigue siendo el pueblo elegido, no pude volver a reunirse con los cristianos. Pero es el pueblo de la espera», advierte.
«Los judíos más despiertos lo saben: me ha llegado un mensaje del rabino de Nueva York que define Comunión y Liberación como «el resto de Israel». Yo creo que, si no tiene lugar ante el final del mundo, cristianos y judíos pueden ser una sola cosa en unos 60 ó 70 años», afirma Giussani.
«Precisamente este es el problema: parece que ya no se espera nada», concluye.