CIUDAD DEL VATICANO, 7 mayo 2003 (ZENIT.org).- La Santa Sede, Universidades Pontificias de Roma y una Fundación se han unido para lanzar un proyecto sin precedentes que busca promover el diálogo entre fe y ciencia.
Se trata del «Proyecto STOQ», (Science, Theology and the Ontological Quest- Ciencia, Teología e Investigación ontológica), guiado por el Consejo Pontificio de la Cultura.
Apoyada económicamente por la Templeton Foundation, la iniciativa es realizada por la Universidad Pontificia Lateranense, por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum y por la Universidad Pontificia Gregoriana.
El proyecto busca favorecer la relación entre las Iglesias y comunidades eclesiales cristianas con el mundo científico, según explicaron sus organizadores en una rueda de prensa celebrada este martes en la sede de la Academia Pontificia de las Ciencias, dentro del Vaticano.
Su objetivo es formar personal especializado en el campo del diálogo entre la ciencia y la fe, mediante programas específicos de estudio ofrecidos por cada una de las Universidades.
Los programas están destinados ya sea a estudiantes de filosofía y teología de las facultades de Roma, ya sea a universitarios con una sólida formación científica, que desean profundizar en las implicaciones filosóficas y teológicas de la ciencia moderna.
El proyecto, afirmó en el encuentro con la prensa el cardenal Paul Poupard, presidente del Consejo Pontificio para la Cultural, está llamado a convertirse en «una piedra angular en la historia de las relaciones entre la Iglesia y la ciencia».
Coincide con «una nueva estación del diálogo entre la ciencia y la fe», insistió, pues «se enmarca en un clima que ha cambiado profundamente, tanto por parte de los científicos, como por parte de la Iglesia católica».
«La Iglesia tiene necesidad de la ciencia y la ciencia tiene necesidad de la religión», añadió.
«La ciencia puede purificar a la religión del error de la superstición –aclaró–. Como forma de conocimiento de la verdad, la Iglesia no puede prescindir de la ciencia».
«La religión, por su parte, puede purificar a la ciencia de la idolatría del cientificismo y de los falsos absolutos», explicó por otra parte. «La ciencia necesita recuperar su dimensión sapiencial».
Es decir, sintetizó el purpurado francés, se trata de hacer una alianza entre ciencia y conciencia para que «el trinomio ciencia-tecnología-conciencia esté al servicio de la causa del auténtico bien del hombre, de todo el hombre, y de todos los hombres».
Cada una de las tres universidades desarrollará un área de investigación. La Universidad Gregoriana se centrará en los «problemas de la fundación de la filosofía de la ciencia y de la naturaleza».
La Universidad Lateranense se dedicará a la formalización sistemática de la relación entre las disciplinas científicas y humanistas, utilizando la disciplina de la ontología formal, prestando particular atención a una «Antropología para el tercer milenio».
Por su parte, el Ateneo Regina Apostolorum se dedicará a las «relaciones entre Teología, Filosofía y Ciencias de la vida», con particular atención a las implicaciones éticas, es decir, la bioética.
El proyecto prevé iniciativas y programas conjuntos con otras Universidades, como Princeton, o Harvard Divinity School, con la posibilidad de ofrecer un doble reconocimiento, así como becas para realizar tesis doctorales en las principales universidades del mundo.
Se ha previsto la organización de un Congreso internacional en noviembre de 2004, en el curso del segundo año académico del proyecto, con la participación de científicos, teólogos, y filósofos de todo el mundo sobre ciencia y religión.
La iniciativa se complementará con publicaciones electrónicas y en papel sobre los argumentos centrales, así como con la creación de una página web de intercambio de información sobre la relación entre ciencia y fe.
Más información en http://www.stoqnet.org.