BUENOS AIRES, 27 mayo 2003 (ZENIT.org–Aica).- El arzobispo argentino de La Plata, monseñor Héctor Aguer, ha pedido a los dirigentes que en esta nueva etapa del país se «hagan cargo de lo que significa el bien común y de que la primacía del bien común se imponga con toda claridad sobre los intereses de grupos y de sectores, sobre predominios ideológicos y financieros que muchos son los que tuercen las mejores decisiones».
«Necesitamos un gobierno identificado con el interés de la nación y todos tenemos que colaborar con eso en la medida de lo personal. Ese es el mejor servicio que podemos prestar a la Nación en las vísperas de la celebración patria», subrayó el prelado en su habitual reflexión en el programa Claves para un Mundo Mejor, que se emite por Canal 9.
El arzobispo reconoció que a los argentinos «nos falta profundizar la conciencia y el sentimiento de nuestra pertenencia a una comunidad, a algo que nos es común, a un grupo que nos es común y esto es una falla que detecta fácilmente la psicología social».
«Desde el punto de vista sociológico –precisó– podemos decir que nos falta todavía asumir el sentido de un destino común y al cual todos debemos aspirar con esfuerzo y esperanza y, también, más profundamente, en sentido filosófico, nos falta mucho por hacer para que tenga una absoluta primacía, entre nosotros, el sentido del bien común».
Lamentó luego que la historia argentina y la historia más reciente están mostrando que «se da una primacía indebida a los intereses particulares sobre el interés de la nación», por lo que insistió en la necesidad de que todos reflexionen sobre el particular, pero especialmente «aquellos que están en situación de decidir como esos grupos más poderosos de los cuales dependen las decisiones comunes, la suerte y el rumbo que toma el país».
«Es ésta una ocasión para que nuestro ánimo se levante en la esperanza. Hemos vivido en los últimos años cosas muy difíciles y situaciones muy inciertas. Empezamos –concluyó– una nueva etapa y es necesario aportar una cuota suficiente de confianza, una confianza que no es ilusión sino que implica el deseo de acompañar y de servir porque eso es lo que nuestra Nación necesita de nosotros».