ROMA, 28 mayo 2003 (ZENIT.org).- Tres documentos oficiales a los que deben someterse los católicos chinos formalizan un control aún mayor sobre su vida y actividades, según revela un experto en asuntos chinos.
Bernardo Cervellera, ex director de la agencia vaticana Fides, en un artículo publicado este martes en el diario italiano Avvenire, revela que el objetivo último de los documentos es el de promover aún más una Iglesia católica «independiente» de Roma, controlada en sus más mínimos aspectos por la Asociación Patriótica de los Católicos Chinos.
<br> Las directivas, que desde hace meses eran ya vigentes en Pekín y en Hebei, la región con la mayor densidad de católicos en el país, se aplicarán a escala nacional tras haber sido aprobadas a finales de marzo, en plena epidemia de SARS.
Ye Xiaowen, director de la Oficina de Estado para los Asuntos Religiosos, según revela Cervellera, sacerdote y periodista, ha justificado los tres documentos como un intento de «llenar el vacío» en la gestión «democrática» de la Iglesia.
Los criterios expuestos por el exponente comunista son «independencia, autonomía, y autogestión».
En realidad los textos no son presentados como directivas emanadas por los organismos gubernamentales, sino como reglamentos de autogestión adoptados por entidades reconocidas por el Estado en el ámbito de la Iglesia católica.
Los títulos de los tres documentos son significativos: «Método de manejo de las diócesis católicas en China», «Reglamentos para el trabajo de la Asociación Patriótica de los Católicos Chinos», y «Método de trabajo de la Asamblea Unitaria de la Asociación Patriótica de los Católicos Chinos y de la Conferencia Episcopal Católica China».
Pasajes de los documentos citados por Cervellera muestran que imponen una concepción «democrática» de la Iglesia, «que corre el riesgo de destruir la dimensión apostólica y sacramental de la fe católica, con el riesgo de reducir a la Iglesia en China al rango de una secta».
En todo caso, reconoce, busca que la Iglesia católica en China corte con sus lazos de dependencia del Papa.
«Es posible que la promulgación de estos nuevos reglamentos, inaceptables para los católicos, dé lugar a una nueva oleada de persecuciones», advierte.
Según fuentes citadas por Cervellera, los católicos en China son unos 12 millones (el gobierno sólo reconoce entre 4 y 5 millones). Los obispos católicos son 117, de los cuales, sólo 70 son reconocidos por las autoridades estatales.
Los sacerdotes reconocidos por el gobierno son 2.600, mientras que los no reconocidos son unos 1000. La Asociación Patriótica ha ordenado en los últimos veinte años 1.500 sacerdotes.
Las religiosas son 5.000, de las cuales dos tercios son reconocidas oficialmente.