El encargo, hasta ahora sin precedentes, fue hecho público por la Sala de Prensa de la Santa Sede el pasado 14 de agosto y confiado al padre Jean Baptiste Gourion, abad del Monasterio de «Santa María de la Resurrección», de la Congregación Benedictina Olivetana, en Abu Gosh, pacífico pueblo israelí donde vive una pequeña comunidad cristiana de lengua hebrea.
Nacido en 1934 en Oran (Argelia) y bautizado a la edad de 23 años, la noche de Pascua de 1958, el padre Gourion entró en la Abadía de Bec, en Francia, y en 1976 fue enviado con dos hermanos en religión a Abu Gosh para fundar el monasterio.
En 1990, el patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Michel Sabbah, le nombró vicario episcopal y presidente de la Obra de Santiago de Jerusalén para la atención pastoral de la comunidad cristiana de lengua hebrea. Será obispo titular de Lydda.
«Nuestra comunidad es pequeña, nacida de la creación del Estado de Israel, formada por los cristianos que no eran de formación y de cultura árabe y que permanecieron en Israel», explica el padre Gourion. «Había, por ejemplo, matrimonios mixtos, personas que se habían convertido al cristianismo, personas que trabajaban en ambiente israelí».
Según ha aclarado el futuro obispo a los micrófonos de «Radio Vaticano», el Papa ha tomado esta decisión porque «existe la necesidad de ofrecer una estructura eclesial» para estos católicos, que no son de cultura y tradición árabe, como es el caso de la mayoría de los fieles que pertenecen al Patriarcado latino de Jerusalén.
Según el padre Gourion, la prensa de algunos países ha hecho referencia a un conflicto entre los católicos árabes e y los de lengua hebrea que no existe.
«Es una creación artificial –subraya–. Ha puesto en relación hechos que en realidad no tienen ninguna relación entre sí. De este modo, me han puesto en contraposición con el patriarca, haciendo una interpretación política de este nombramiento».
«Se trata sin embargo de una medida pastoral del Santo Padre», aclara. «Es evidente que la cultura árabe y la hebrea son dos mundos diferentes, pero todo queda aquí».
El padre Gourion explica que con su nombramiento el Papa pretende, además, promover las buenas relaciones con el mundo judío, que en este pontificado han recibido un impulso decisivo.