Beatificado Ceferino Namuncurá, salesiano e hijo del pueblo mapuche

En una celebración presidida por el cardenal Bertone en Argentina

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CHIMPAY (RÍO NEGRO, ARGENTINA), domingo, 11 noviembre 2007 (ZENIT.org-Aica).- El cardenal Tarcisio Bertone, secretado de Estado y enviado papal, proclamó este domingo beato a Ceferino Namuncurá, en una ceremonia de beatificación celebrada en Chimpay, Río Negro, localidad natal del joven salesiano.

«Declaramos que Ceferino Namuncurá llevará el nombre de beato», señaló el cardenal Bertone, ante la algarabía de la gente presente en la explanada donde se celebró la ceremonia, que llevó por lema «Ceferino, hijo de Dios, hermano de todos». También anunció que la fiesta religiosa será el 26 de agosto, fecha de su nacimiento.

La celebración eucarística fue presidida por el secretario de Estado y concelebrada por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Bergoglio, y por medio centenar de obispos. Asistieron el rector mayor de la orden de los salesianos, Pascual Chávez Villanueva, y el vicepresidente de Argentina, Daniel Scioli.

Tras el pedido formal de beatificación a cargo del obispo de Viedma, monseñor Esteban Laxague, Hermelinda Painequeo, junto con Aparicio Millapi, hicieron lo propio en lengua originaria para que Ceferino sea inscripto en el libro de los beatos.

«Es la primera vez que se hace una beatificación no en una gran ciudad, sino en un pueblo pequeño pero grandísimo por esta muchedumbre de amigos de Ceferino», destacó el cardenal Bertone en su homilía.

El purpurado vaticano destacó delante de la imagen de Ceferino, de 10 metros por cuatro que fue descubierta a un costado del altar, que esta beatificación «significa recordar y apreciar en lo más hondo las antiguas tradiciones del pueblo mapuche, audaz e indómito».

«Al mismo tiempo –continuó– que nos ayuda a descubrir la fecundidad del evangelio que nunca destruye los valores auténticos que hay en una cultura sino que los asume, purifica y perfecciona».

El cardenal Bertone subrayó que «la misma vida del nuevo beato es como una parábola de esta profunda deuda, Ceferino jamás olvidó que era mapuche, en efecto su ideal supremo era ser útil a su gente».

En la oración de los fieles hubo invocaciones en mapuche, quechua y guaraní, pidiendo por el respeto a los pueblos originarios, y en las ofrendas se entregaron frutos de la tierra patagónica.

Al finalizar la misa, el rector mayor de los Salesianos, padre Pascual Chávez Villanueva, leyó el texto de la bendición apostólica de Benedicto XVI y agradeció al primado argentino que haya insistido en hacer la ceremonia en la Patagonia, porque «era la tierra de los sueños de Don Bosco y Ceferino Namuncurá».

«Chimpay no es más un punto del mapa de la Patagonia, pero una tierra de santos, que son modelos para la Argentina», enfatizó el sacerdote.

Por su parte, el cardenal Bertone afirmó que Ceferino es «un beato mundial» al revelar que el Papa lo anunció esta mañana en Roma.

Entre los fieles, cerca de 200 mil según fuentes religiosas, había numerosos mapuches con vestimentas tradicionales y también Valeria Herrera, una joven madre cordobesa de 33 años, cuyo «milagro» –se curó en forma “instantánea e íntegramente” de un cáncer de útero– posibilitó la beatificación de Ceferino.

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ZENIT Staff

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