BELÉN, 16 diciembre 2002 (ZENIT.org).- Mientras continúa la ocupación militar de Belén, las misioneras del «Caritas Baby Hospital» han lanzado un llamamiento urgente a todo el mundo denunciando la desidia general frente a una «ciudad-jaula» para sus habitantes.
En el contexto de la próxima celebración de la Navidad, las Franciscanas isabelinas de Padua, que atienden el hospital, hicieron llegar este sábado su mensaje a la Obra Romana de Peregrinaciones (ORP).
«Belén muere entre la indiferencia de todo el mundo cristiano –advierten en su llamamiento–. El destino de esta ciudad es el de pagar, y pagar siempre por los que siembran la muerte: condenados todos a un castigo masivo, vivimos como presos, como animales enjaulados, y comemos gracias a las organizaciones humanitarias».
«No estamos en una ciudad de terroristas como para merecer esta continua y brutal represión –denuncian–. Nos encontramos en una ciudad humillada, extenuada, ya reducida a una jaula mortal, atropellada por una violencia sin fin».
«A pocos días de Navidad, aquí en Belén, ya no sabemos qué significa hacer una fiesta –aseguran las religiosas–. La miseria reina en nuestras calles desoladas, invadidas por la suciedad. Desde los tanques, también hoy, como ayer, como anteayer, los soldados gritan las órdenes del ejército israelí: “¡toque de queda, prohibido salir!”. Todavía hoy somos prisioneros».
«¿Cómo podemos permanecer indiferentes? ¿Cómo se puede mantener el silencio? ¿Cómo pueden tenernos esclavizados, recluyéndonos en nuestras casas como una tumba, impedirnos andar libremente por nuestra ciudad, privar del colegio a nuestros niños, durante tanto tiempo?», reclaman.
«¿Cómo se puede mantener el silencio sobre Belén, a pocos días de la Navidad?», concluye el comunicado.
El hospital pediátrico de Belén –«Caritas Baby Hospital»— se levantó gracias a la ayuda de Cáritas Suizo-Alemana. El nombre de la Institución, «Kinderhilfe Bethlehem» (KHB), significa «Ayuda a los Niños en Belén». Su asistencia se orienta a la madre y su hijo en Tierra Santa.
La ocupación de Belén comenzó el 22 de noviembre pasado, pocas horas después de que un palestino –que había salido de esta ciudad– cometiera una masacre en un autobús de la cercana Jerusalén.
El ejército israelí no prevé retirarse de Belén antes de Navidad, según lo indicó el sábado el jefe del Estado Mayor, el general Moshe Yaalon, de acuerdo con Radio Jerusalén.
Una retirada israelí no es posible en el estado actual porque sería «aprovechada por elementos hostiles», precisó Yaalon. Sin embargo, observó que Israel consentirá el desarrollo de las fiestas navideñas así como la entrada a Belén de los árabes cristianos, tanto los que tienen ciudadanía israelí como aquellos que residen en Cisjordania.
No se permitirá la presencia del presidente Palestino, Yasser Arafat, en la Misa de medianoche, según el primer ministro israelí, Ariel Sharon.
