CIUDAD VATICANO, domingo, 5 noviembre 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI hizo este domingo un llamamiento, en particular a los líderes israelíes y palestinos, así como a la comunidad internacional, para acabar con el derramamiento de sangre en Tierra Santa.
Tras rezar la oración mariana del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa reconoció que sigue «con profunda preocupación las noticias sobre el grave deterioro de la situación en la franja de Gaza».
Asimismo, expresó su «cercanía a las poblaciones civiles que sufren las consecuencias de la violencia».
Las tres milicias palestinas que tienen en su poder al soldado israelí Guilad Shalit amenazaron este domingo con matarlo si Israel no cesa su ofensiva militar en el norte de la franja de Gaza de forma inmediata.
Al menos 48 palestinos han muerto desde el 1 de noviembre, informan las agencias de noticias internacionales, en esta nueva operación militar israelí en Gaza, que busca mermar la capacidad ofensiva de las milicias que disparan misiles tierra a tierra contra el territorio de Israel.
Benedicto XVI invitó a los creyentes de todo el mundo a unirse a su oración «para que Dios omnipotente y misericordioso ilumine a las autoridades israelíes y palestinas».
La plegaria del Papa pide la iluminación divina también para «esas naciones que tienen una particular responsabilidad en la región, para que se empeñen en hacer cesar el derramamiento de sangre, en multiplicar las iniciativas de socorro humanitario, y en favorecer la reanudación inmediata de una negociación directa, seria y concreta».
