CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 28 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Ante la Jornada Mundial contra el Sida, el 1 de diciembre, Benedicto XVI manifestó este miércoles su cercanía a los enfermos e hizo un llamamiento a hacer todo lo posible para detener el virus VIH.
«Estoy espiritualmente junto a quienes sufren a causa de esta terrible enfermedad, así como de sus familias, en particular de las afectadas por la pérdida de un ser querido. Aseguro a todos mi oración», asegura el Papa al final de la audiencia general.
Al mismo tiempo exhortó en el Aula Pablo VI del Vaticano a «todas las personas de buena voluntad a multiplicar los esfuerzos para detener la difusión del virus VIH, a oponerse al desprecio que con frecuencia golpea a quienes están contagiados, y a atender a los enfermos, en particular cuando son todavía niños».