Comienza la preparación al Domingo de la Misericordia

De acuerdo con la devoción difundida por Santa Faustina Kowalska

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ROMA, viernes, 9 abril 2004 (ZENIT.org).- La Iglesia universal celebrará el próximo 18 de abril por cuarta vez el domingo de la Divina Misericordia, «una invitación perenne a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y pruebas» de la humanidad. La preparación de la fiesta arranca este Viernes Santo con el inicio de la novena a la Divina Misericordia.

Fue el 23 de mayo de 2000 cuando se difundió un decreto de la Congregación vaticana para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el que se estableció, por indicación de Juan Pablo II, la fiesta de la Divina Misericordia el segundo domingo de Pascua. La denominación oficial de este día litúrgico es «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia».

La devoción a la Divina Misericordia constituye un auténtico movimiento espiritual dentro de la Iglesia católica promovido por Faustina Kowalska, a quien Juan Pablo II canonizó el 30 de abril de aquel año.

El Papa escogió ese día para anunciar una sorpresa: «En todo el mundo, el segundo domingo de Pascua recibirá el nombre de domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al genero humano en los años venideros».

Como el Papa no había escrito estas palabras, no aparecieron en la trascripción oficial de sus discursos de esa canonización. De ahí que el decreto que publicó la mencionada Congregación vaticana anunciara de manera oficial a la Iglesia universal el deseo de Juan Pablo II, que dedicó una de sus encíclicas a la Divina Misericordia («Dives in misericordia»).

Cuando el Papa canonizó a la religiosa polaca ante 200.000 peregrinos, Faustina Kowalska se convirtió en la primera santa del Jubileo del año 2000, coronación de un siglo marcado por inmensos sufrimientos pero que justamente en sus años más oscuros, los que van del primer al segundo conflicto mundial, veía entregar a la joven sor Faustina (1905-1938) el mensaje de misericordia, recibido de Cristo.

Santa Faustina Kowalska

La joven polaca, que murió a los 33 años, nació en la pequeña aldea rural de Glogowiec el 25 de agosto de 1905. A los 20 años fue admitida en el convento de las hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia de Varsovia. En los trece años siguientes, desempeñó los oficios más humildes: cocinera, jardinera y portera. Murió en Cracovia el 5 de octubre de 1938.

Paralela a su humilde vida escondida, se desarrollaba una experiencia mística de consagración a la Divina Misericordia, un itinerario tejido de visiones, revelaciones, estigmas escondidos, todo ello recogido en un diario que empezó a escribir en 1934 por sugerencia de su director espiritual.

El centro de la vida de Faustina Kowalska fue el anuncio de la misericordia de Dios con cada ser humano. Su legado espiritual a la Iglesia es la devoción a la Divina Misericordia, inspirada por una visión en la que Jesús mismo le pedía que se pintara una imagen suya con la leyenda «Jesús en ti confío», que ella encargó a un pintor en 1935.

El diario de Sor Faustina –que tituló «La Misericordia Divina en mi alma»– manifiesta cómo Nuestro Señor le encomendó la misión de anunciar al mundo, una vez más, el mensaje evangélico de su misericordia y de establecer nuevas formas de devoción a Dios en su atributo de Misericordia para todos, en especial para aquellos que más lo necesitan.

La característica esencial y fundamental de la devoción a la Misericordia Divina es la confianza en Jesús, un punto en que el Señor insiste según se desprende de lo que Santa Faustina recoge en su diario.

De ahí deben partir todas las formas de devoción a la Misericordia, según las revelaciones a la religiosa, ya sean éstas la veneración de la imagen de la Misericordia Divina, o el rezo del rosario de la Misericordia Divina, la hora de la gran Misericordia –las tres de la tarde, momento de la muerte de Jesús en la cruz– o la recepción de los Sacramentos en la Fiesta de la Misericordia.

La devoción que le fue revelada a Santa Faustina urge al individuo a actuar con espíritu misericordioso hacia el prójimo diariamente, con oraciones palabras y obras.

La novena a la Divina Misericordia

En el diario de Sor Faustina se lee, por lo menos en catorce ocasiones, que Nuestro Señor pedía la institución de una «Fiesta de la Misericordia»: «Esta Fiesta surge de Mi piedad más entrañable… –recoge el texto–. Deseo que se celebre con gran solemnidad el primer domingo después de Pascua de Resurrección… Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y abrigo para todas las almas y especialmente para los pobres pecadores».

Así, Jesús pidió que Sor Faustina se preparara para la celebración de la Fiesta de la Misericordia con una novena que debía comenzar el día de Viernes Santo: «Deseo que durante estos nueve días encauces almas a la fuente de Mi misericordia, a fin de que por ella adquieran fortaleza y consuelo en las penalidades, y aquella gracia que necesiten para salir adelante, especialmente en la hora de la muerte».

«Cada día traerás a mi corazón un grupo distinto de almas –prosigue— y las sumergirás en el océano de Mi misericordia, y Yo las conduciré a la mansión de Mi Padre. (…) Cada día le pedirás a Mi Padre –por los méritos de Mi amarga Pasión— gracias para estas almas».

Las intenciones para cada día de la novena, las oraciones propuestas por Santa Faustina Kowalska y el modo de rezar la coronilla o rosario de la Divina Misericordia están disponibles en el siguiente enlace: www.ewtn.com/spanish/prayers/nov-divinamis.htm.

Este año, la novena se reza desde hoy Viernes Santo (9 de abril) hasta el sábado 17 de abril, víspera del domingo de la Divina Misericordia.

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ZENIT Staff

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