Cristianos piden a la Constitución Europea respetar los derechos fundamentales

Derecho a la vida y a la libertad religiosa, en particular

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BARCELONA, 8 diciembre 2002 (ZENIT.org).- La Convención de Cristianos por Europa, celebrada este fin de semana, concluyó con el «Manifiesto de Barcelona» en el que se pide a la futura Constitución europea reconocer la contribución cristiana, así como los derechos fundamentales, en particular, el derecho a la vida y a la libertad religiosa.

«La realidad cristiana es, además de raíz y base de la civilización europea, sin la que sus fundamentos carecen de explicación y de sentido, una realidad comunitaria, pública, viva y actuante, que debe ser asumida como tal por el futuro Tratado Constitucional Europeo y los marcos jurídicos que del mismo puedan derivarse», afirman los redactores de la Convención.

Del 6 al 8 de diciembre 150 participantes llegados de toda Europa han culminado la redacción de este «Manifiesto de Barcelona», que busca recoger las peticiones de los cristianos europeos para la futura Constitución para la Unión Europea.

En esta primera Convención de Cristianos por Europa han participado políticos europeos, europarlamentarios, rectores de universidades, asociaciones de empresarios, de médicos, de abogados, de maestros y educadores, sindicatos cristianos y organizaciones no gubernamentales, y hombres de Iglesia.

En respuesta a quienes consideran que la Constitución europea debería ser «neutra» y no mencionar en ningún momento la realidad religiosa del viejo continente, los participantes en la Convención afirman que «la neutralidad no consiste en negar la dimensión social de la conciencia cristiana de la mayoría del pueblo de Europa, sino en reconocerla al lado de otras concepciones globales religiosas y no religiosas con las que dialoga para conseguir el bien común europeo y la fraternidad universal».

El Manifiesto reconoce que «la dignidad de la persona, en todas sus dimensiones, debe ser reconocida como principio constitucional básico y fundamento de la construcción europea».

Por tanto, aclara, «el derecho a la vida debe ser respetado en todos los momentos de la existencia, desde la concepción hasta la muerte natural».

«Ello también implica la necesidad de proteger al embrión de cualquier atentado contra su integridad y de toda manipulación genética contraria a su dignidad humana, y a los ancianos y enfermos de toda tentación de eliminación física por pretendidas razones humanitarias», aclara el documento.

La Convención explica que el nuevo Tratado Constitucional debe reconocer que «La libertad religiosa constituye un derecho fundamental sin el que la libertad y la democracia no son posibles». Asimismo, recuerda, «requiere el derecho a la expresión social de dichas convicciones religiosas».

Los cristianos europeos piden asimismo que el documento constitucional adopte la solidaridad como «principio fundamental de la Unión» y que la aplique en una triple perspectiva complementaria: «Hacia los países menos desarrollados de la Unión, hacia las personas y grupos sociales más desfavorecidos, en el seno de cada país, y con relación a los países subdesarrollados y en vías de desarrollo del mundo».

«El hambre, la marginación, la exclusión de los inmigrantes, la pobreza material y social son los primeros adversarios de la Unión en su seno y en el mundo» aseguran los líderes europeos cristianos.

Por último la Convención, presenta tres peticiones a la futura Constitución.

Ante todo, pide reconocer el carácter único del matrimonio y la familia («diferenciándolos de otras formas de convivencia que se dan o pueden darse en la sociedad») y «promover una legislación laboral que fomente la conciliación entre la vida familiar y el trabajo».

En segundo lugar, pide «favorecer el pleno ejercicio de la responsabilidad de los padres en la educación de los hijos, garantizándoles el derecho a elegir libremente el tipo de educación que sea conforme con sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas».

El Manifiesto concluye proponiendo que futuro Tratado Constitucional refleje el compromiso en la búsqueda de la paz por medio de la justicia y el perdón.

La Convención de Cristianos por Europa ha sido organizada por la Asociación E-Cristians (http://www.e-cristians.net) y la Asociación católica de Propagandistas, con la colaboración de la Federación de Cristianos de Cataluña, la Fundación Guilé y la Fundación Abat Oliba.

Más información en la página web de Cristianos por
Europa http://www.eurocristians.org.

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ZENIT Staff

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